La empresa peñarandina Dulca ha reunido hoy, sábado, a sus 230 trabajadores en un gran ágape de confraternidad que ha ofrecido en el restaurante Las Cabañas. La familia Serna, propietaria de la fábrica asentada en la localidad desde hace 47 años, ha compartido unos gratos momentos con todos los empleados de los distintos departamentos en un encuentro que también ha contado con autoridades locales. Brindis, sorpresas y un divertido fotomatón tampoco han faltado en el broche a la IV convención anual de Dulca.