La localidad de Moríñigo, en el corazón de Las Villas, ha disfrutado hoy de su primera fiesta local del año que ha coincidido, además, con el final de sus fiestas patronales. A las 13:00 horas, en la iglesia parroquial, ha tenido lugar la misa en honor de San Antonio de Padua y acto seguido ha dado comienzo la procesión por las calles con el acompañamiento musical de Ángel Rufino de Haro «El Mariquelo» y su grupo, y con los cánticos que han ido entonando los vecinos.
De vuelta a la explanada del templo, los asistentes han buscando la sombra junto al Ayuntamiento mientras los bailarines de El Mariquelo y algunos vecinos se animaban a dedicar una jota al santo.
Un convite ofrecido por el Ayuntamiento en el salón municipal ha congregado, también, a los habitantes de Moríñigo en la despedida festiva.