El Domingo de Pentecostés ha vuelto a ser sinónimo de fiesta en Villar de Gallimazo, una localidad que desde ayer, sábado, viene celebrando sus fiestas en honor del Santo Cristo de la Custodia.
Esta mañana los dulzaineros del grupo Alborada han sido los encargados de despertar al pueblo con sus alegres pasacalles y después se han dirigido a casa de los mayordomos del cristo, Silvia López y Sigifredo González para acompañarles con música hasta la iglesia parroquial donde se ha oficiado la misa.
Con un sol espléndido y una temperaturas plenamente primaverales, los sones de dulzaina han anunciado el final de la misa y la salida del venerado Cristo de la Custodia llevado en hombros por los vecinos para recorrer las calles de la localidad en procesión.
A medida que la comitiva ha ido avanzando en su desfile tampoco han faltado los bailes típicos con los que los asistentes, incluido el alcalde Sergio González Rogado, han querido honrar a una de las imágenes más veneradas en el municipio.
La despedida, de nuevo en la puerta del templo, no ha estado exenta de emoción por todo lo que significa retomar estas fiestas ya casi con plena normalidad tras la pandemia. Finalizados los actos religiosos, los vecinos han aprovechado para tomar el aperitivo antes de la comida de confraternidad.