Espléndida mañana la que se ha vivido hoy en Villoruela, una localidad que por fin ha podido recuperar con normalidad sus fiestas «chicas» en honor del Santo Cristo de la Esperanza. Cientos de vecinos han participado a la eucaristía que se ha oficiado a las 12:45 horas en la iglesia parroquial de San Pedro Apóstol y que ha contado con varios miembros de la Corporación Local que preside Florentino Hernández.
Finalizada la misa, el Lignum Crucis ha ido abriendo paso a la procesión en la que la imagen del Cristo, rodeada por su emblemático arco de flores, ha ido recorriendo las calles de la localidad hasta regresar a la explanada del templo donde un buen número de personas buscaba ya la sombra para seguir de cerca la subasta de banzos.
Tras la pandemia covid, las familias han tenido de nuevo la ocasión de cumplir la tradición y encomendar a los más pequeños a la protección divina izándoles hasta las andas del Santo Cristo de la Esperanza. Seguidamente ha comenzado el remate de banzos que se ha hecho en celemines, otra de las tradiciones singulares de Villoruela. Las pujas por cada uno de los banzos han dado un resultado total de 547 celemines que tras su equivalencia en kilos y multiplicado por el precio al que se cotiza el trigo ha permitido recaudar 402 euros.