El tiempo ha dado una tregua en este Martes Santo y Peñaranda ha podido contemplar el traslado penitencial del Santo Cristo del Humilladero y Nuestra Señora de las Lágrimas desde su ermita hasta la iglesia de San Luis. El cielo, prácticamente raso de nubes y sin peligro de lluvia, ha estado acompañado de temperaturas casi gélidas que han ido obligando al público a moverse a medida que avanzaba el cortejo. El paso del crucificado ha estrenado en este 2025 las cuatro cartelas con las últimas escenas del Vía Crucis, obra del pintor José Ángel Nava, y la primera fase de la talla del canasto, proyecto que está llevando a cabo el escultor salmantino Víctor de los Dolores. El Humilladero ha lucido un exorno floral con rosas y anthurium en color rojo mientras que Nuestra Señora de las Lágrimas ha llevado en el frontal del palio una composición de anthurium rosa fucsia con rosas y lirios blancos.
Especialmente emotivos han sido los momentos de la salida de la ermita del Humilladero y de la entrada en San Luis donde el sistema del nuevo paso ha permitido «tumbar» la imagen para volver a izarla después y el esfuerzo de los hermanos, que cargan aquí a dos hombros, ha sido notable. La banda de cornetas y tambores de la Hermandad de Cofradías de la Semana Santa, autoridades locales, representantes de dicha hermandad y del resto de cofradías y el párroco, Lauren Sevillano, han acompañado la comitiva. El Humilladero permanecerá en la iglesia de San Luis hasta la mañana del Viernes Santo, cuando participará en la procesión de la Vela, mientras que la Virgen de las Lágrimas estará hasta ese día en la parroquia para desfilar junto al Cristo y su cofradía en el Santo Entierro.


