El Instituto de Educación Senara, de Babilafuente, participa este curso en el desafío CanSat, una iniciativa de la Agencia Espacial Europea que desafía a estudiantes de toda Europa a construir y lanzar un mini satélite del tamaño de una lata de refresco. Un CanSat es una simulación de un satélite real, integrado dentro del volumen y la forma de una lata de refresco. El desafío para los estudiantes es adaptar todos los subsistemas principales que se encuentran en un satélite, como la energía, los sensores y un sistema de comunicación, dentro de este espacio tan reducido que debe recuperarse, además, sano y salvo. Cuando el CanSat está listo, se introduce en un cohete, que lanza hasta una altitud de aproximadamente un kilómetro. Entonces comienza su misión. Durante la caída se realiza un experimento científico y/o una demostración tecnológica además de lograr un aterrizaje seguro y analizar los datos recopilados.
César González Mateos, José Ángel González Mato, Mohamed Bousada, Giovanny Palacio Romero, Alexander Sánchez Vicente, Víctor Manuel Báez Bernal, Rodrigo Franco Díez e Ismael Paradinas Alonso son los alumnos de primer curso de Bachillerato Tecnológico que participan en el proyecto «De Las Villas a las estrellas», coordinado por los profesores de Tecnología Víctor Manuel Báez Bernal y Francisco José Valle Bogallo.
«Somos un grupo de alumnos del IES Senara de Babilafuente, cursamos el bachillerato tecnológico este año estamos en Primero. Somos siete y estamos inmersos en este proyecto en la asignatura de Tecnología e Ingeniería. Como grupo todos trabajamos en conjunto utilizando recursos compartidos, aunque estamos especializados por áreas (diseño de estructura y paracaídas, programación y difusión del proyecto). Hemos recibido formación de Diseño en 3D, electrónica, programación en C++ y física del aire para poder abordar este desafío. Estamos especializados de la siguiente manera, César y Rodrigo en el diseño de la sonda, José Ángel y Giovanni en la programación del dispositivo, Mohamed e Ismael en documentación y apoyo a las demás áreas Alexander lleva las redes sociales y la elaboración de la Web. También estamos abordando de manera principal la difusión del proyecto en el entorno y la búsqueda de patrocinio como todo proyecto de ingeniería necesita», comentan los alumnos. Los escolares agradecen, además, su ayuda al profesor de Biología José Ángel Trilla Mata y al equipo del IBFG (Instituto de Biología Funcional y Genómica de Salamanca) liderado por Olga María Calvo García por su ayuda en la misión secundaria principal. «El desafío Cansat está suponiendo para nosotros una experiencia de aprendizaje significativa e ilusionante que tendrá repercusión en nuestro futuro», añaden sus protagonistas.
En el caso del Can Rocket Senara, la misión primaria incluye la medición de temperatura y presión atmosférica durante el descenso, transmisión de datos a la estación terrena, aterrizaje seguro y análisis de datos. Todas ellas son obligatorias para la participación. «Nuestras misiones secundarias van a ser varias, por una parte, afianzar la localización del satélite introduciendo un GPS que permita obtener la posición en todo momento, por otra parte, vamos a ampliar los datos que obtenemos en la atmósfera midiendo la humedad y la calidad del aire y como misión principal y vamos a participar en un ensayo biológico en colaboración con el IBFG (Instituto de Biología Funcional y Genómica) en la búsqueda de nuevos antibióticos en la troposfera», comentan alumnos y profesores del desafío CanSat que cuentan, también, con el patrocinio de empresas de la zona para llevarlo a cabo.
El próximo 10 de abril, en la localidad palentina de Herrera de Pisuerga, el equipo del IES Senara vivirá el primer lanzamiento de su satélite junto al resto de centros de Castilla y León que participan en el mencionado desafío.