Ir al huerto cada mañana supone un nuevo disgusto al comprobar como los topillos siguen arrasando lo poco que queda ya tras meses de esfuerzo y cuidados para que las plantas dieran un fruto que no llegará. La alarmante proliferación de estos roedores en buena parte de la comarca de Peñaranda afecta, también, a Santiago de la Puebla donde los huertos familiares se están llevando la peor parte. El terreno, plagado de huras, apenas tiene ya cultivos intactos y llaman especialmente la atención las matas de los melones con los frutos roídos, algunos casi totalmente. Algunos vecinos están colocando mallas sobre las matas para intentar proteger lo poco que queda pero sin muchos resultados hasta ahora, tal y como ellos mismos reconocen. Los santiagueses aseguran que es normal ver topillos en el campo pero que este año es más que evidente el exceso de población de estos roedores.