La proliferación de las palomas en Peñaranda sigue trayendo de cabeza a los vecinos de las zonas afectadas, algunas con una mayor presencia de estas aves como pueden ser el entorno de la iglesia parroquial, el Paseo de la Estación y las calles Arapiles y el Payo.
En esta ocasión son vecinos del entorno del Paseo de la Estación los que están haciendo llegar sus quejas, una vez más, por los cientos de palomas que anidan en un edificio en ruinas y que lo han convertido en un auténtico foco de infección por la acumulación de palomina y por el intenso hedor que sale de él y que se hace especialmente nauseabundo en los días de calor.
En todos los casos el origen del problema es precisamente la existencia de edificios en ruinas cuyo estado de abandono propicia la concentración de palomas que, a su vez, dejan suciedad en otros inmuebles próximos donde se posan y dejan sus excrementos en patios, bajantes, balcones y ventanas.
El Ayuntamiento tiene en los últimos años un plan de control de las palomas en el casco urbano y hay jaulas para su captura instaladas en varios puntos, uno de ellos el solar municipal junto al edificio en ruinas del Paseo de la Estación, pero en determinadas épocas parece que resulta insuficiente.
La limpieza de la palomina para evitar males mayores supone, además, un considerable gasto para propietarios de viviendas unifamiliares y comunidades de vecinos si no quieren enfrentarse a los problemas de salud derivados de todo ello.