Cantaracillo ha sido otra de las localidades de la comarca peñarandina que hoy ha cerrado su Semana Santa y ha podido hacerlo en la calle celebrando la Resurrección de Cristo con el tradicional encuentro de la Virgen y el Niño Jesús con la cruz. Los vecinos han portado las andas con ambas imágenes hasta situarlas en el suelo, una frente a otra, y el párroco, Pedro Carrera, ha realizado una reflexión sobre el significado de una de las festividades más importantes para los católicos.