Fernando Vicente Albarrán, natural de Alaraz, acaba de convertirse en nuevo profesor titular de la Facultad de Historia en la Universidad de Salamanca, sin duda una recompensa a largos años de estudio y dedicación a su labor como docente e investigador. Antiguo alumno del instituto Germán Sánchez Ruipérez, de Peñaranda, sigue ligado a su pueblo, a su tierra y a sus gentes.
-¿Qué recuerdos tiene de su paso por el IES de Peñaranda?
-Son unos recuerdos muy bonitos, tanto de los profesores como de mis compañeros. El antiguo «Germán Sánchez Ruipérez» era un instituto muy exigente. Los profesores siempre nos decían que durante los primeros dos trimestres del curso nuestras notas eran más bajas de lo que merecíamos para que nos esforzáramos aún más. Creo que era una cultura del esfuerzo que se transmitía en todas las asignaturas, desde la Historia, la Química o las Matemáticas hasta la Educación Física. Varios profesores me marcaron especialmente: José Luis de Geografía e Historia, Jesús (antiguo director) de la asignatura de inglés, Ricardo (todos le llamábamos Richy) de Lengua, … Aunque casi me acuerdo más de ellos a través de sus motes, de sus latiguillos o de actividades que nos planteaban fuera de lo habitual. Todos ellos ya están jubilados. En cuanto a mis compañeros, con muchos he perdido el contacto, pero otros siguen siendo amigos con los que salgo de vez en cuando. Soy de Alaraz y eso hace que mantengas un hilo con la gente del pueblo y de la comarca.
Como pequeña anécdota, la placa que hay en la entrada principal del centro (edificio de la ESO), con el escudo del instituto, resultó de un concurso que hicimos cuando estaba cursando 4º de la ESO y resultó ganadora una de mis compañeras.
-¿Cuál ha sido su trayectoria profesional desde entonces?
-Pues me temo que larga, ya no soy tan joven, jajaja (tengo 42 años). Cursé la Licenciatura en Historia en la USAL y luego hice mis estudios de doctorado en la Universidad Complutense de Madrid. Después de obtener el doctorado en 2011, el país estaba en mitad de una crisis brutal, no había trabajo ni oportunidades, así que decidí buscar esas oportunidades de futuro en el extranjero. Realicé una estancia de investigación en la Universidad de Cambridge y luego fui contratado por la Universidad de la Sorbona de París como profesor de Historia Contemporánea de España. Fueron dos años y pico viviendo una verdadera aventura profesional y personal en París. Al terminar mi contrato en París, la situación seguía siendo difícil, incluso envié mi currículum a colegios de toda la provincia de Salamanca, también de Ávila, de Zamora o de Valladolid. No me llamaron de ninguno. Mientras, seguía intentando buscar oportunidades en las universidades e institutos de investigación. En ese momento, me concedieron un premio internacional por parte de la Universidad de Berkeley (EEUU) a la mejor tesis doctoral sobre temática de historia de España realizada entre los años 2011 y 2013, lo cual me animó a seguir. En 2014 me contrató una prestigiosa Grande École de Altos Estudios en Francia, Sciences Po Lyon, y ahí di clase de Historia de España entre 2014 y 2017. En 2015 me concedieron el premio nacional a mejor historiador joven (menor de 35 años) en Historia Contemporánea. En 2017 me contrató la Universidad Complutense de Madrid ya como profesor y en 2020 surgió una posibilidad en la Universidad de Salamanca USAL y decidí regresar a mi tierra. El sábado celebrábamos que había alcanzado la categoría de Profesor Titular, es un puesto muy reconocido dentro de la Universidad y, mientras, vas asumiendo otros cargos de gestión. Por ejemplo, soy el coordinador responsable de la EBAU en la Universidad de Salamanca para la materia de Historia de España.
-Ahora llega su nombramiento como profesor de Historia de la Universidad, ¿qué le espera a partir de este momento?
-Continuar con mi trabajo, tanto en docencia universitaria como en investigación. Al ser profesor titular puedo comenzar a ser líder de proyectos de investigación a nivel nacional. Ya lo he sido a nivel local, pero ahora puedo aspirar a proyectos de otra envergadura. A nivel de gestión universitaria, continuaré de momento con la coordinación de la EBAU, pero no descarto en el futuro otros puestos de responsabilidad y contribuir, a través de mi experiencia en otras universidades de España y Europa, a mejorar el servicio educativo, cultural y de investigación que realizamos desde las universidades.
Estoy tremendamente orgulloso de mis orígenes y me gustaría aportar mi granito de arena a mi tierra a través de una formación y una investigación desde la Universidad de Salamanca que sea del más alto nivel.