El problema de la proliferación de palomas en Peñaranda lejos de solucionarse parece, incluso, que se reactiva por temporadas y esta vez las quejas vecinales llegan desde el entorno de la iglesia parroquial de San Miguel Arcángel, otro de los focos en los que cientos de estas aves suelen verse posadas en la cubierta. Ejemplares muertos en tejados y patios junto a la suciedad que las palomas dejan en los edificios vuelven a ser objeto de denuncia a la vez que los afectados reclaman al Ayuntamiento que se intensifiquen, de nuevo, las medidas para el control de la especie. «Es un verdadero asco salir a la terraza y ver las palomas muertas en el tejado, todo lleno de palomina que no puedes ni tender la ropa y el olor que produce sobre todo estos días pasados con la ola de calor», explica una vecina de la calle San Juan.
No es ésta la única zona en la que sufren dicha problemática ya que el Paseo de la Estación y los edificios en el entorno de las calles Arapiles y el Payo, que incluso llevaron su caso al Procurador del Común, se enfrentan aún a la suciedad en patios, ventanas y balcones y a la necesidad de contratar empresas especializadas en la limpieza y desinfección para evitar el peligro de enfermedades.