Moríñigo es uno de los municipios más pequeños de la comarca en número de habitantes pero a la vez más grande en unión y en sentimiento común de hacer pueblo. Este fin de semana la Fiesta del Reencuentro ha servido precisamente para eso, para poner en valor el orgullo de ser moriñigosos, de saber dónde están y siguen sus raíces, dónde sentirse queridos y dónde volver en los buenos y también en los malos momentos. A las ocho de la tarde, en la iglesia parroquial, lugar donde los habitantes de Moríñigo a lo largo de generaciones y generaciones han sido bautizados, han hecho la Primera Comunión, se han casado y también han despedido a sus seres queridos ha acogido un acto en el que todo ello se ha recordado con especial emoción.
A continuación, en la plaza y al son de la charanga, ha tenido lugar una cena de picoteo para cerrar todos juntos un intenso fin de semana que seguramente volverá a repetirse en próximas ediciones y que deja la satisfacción de la unión de un pueblo.