Frente al edificio del Instituto de Educación Secundaria Germán Sánchez Ruipérez, en el que durante los dos últimos cursos han realizado el Bachillerato de Ciencias, Sonsoles González Núñez y Julia Sánchez Sánchez, hablan para NOTICIAS A TIEMPO tras haberse ganado a pulso, nunca mejor dicho, la Matrícula de Honor en sus estudios. Ellas han sido, además, las dos únicas alumnas del centro en lograr ese reconocimiento entre los cerca de 40 estudiantes con los que han compartido esta etapa formativa de sus vidas. Dicha Matrícula de Honor les ofrece como merecida recompensa la gratuidad de su primera matrícula en la Universidad.
Ambas reconocen que ha sido duro conseguir la mencionada Matrícula de Honor «aprobar no es complicado, sacar la máxima nota es lo más difícil», aseguran Sonsoles y Julia. En el caso de Julia su intención es hacer la carrera de Ingeniería Informática «aunque aún no lo tengo claro al cien por cien» y en el de Sonsoles, la de Química «porque quiero ser profesora», afirman. La próxima semana se enfrentan a un nuevo reto, la EBAU (Evaluación de Bachillerato para el Acceso a la Universidad), con el objetivo de poder superar la nota de corte de un 9,78 en Química y un 9,6 en Ingeniería Informática. «Para preparar los exámenes globales tuvimos menos tiempo, ahora para la EBAU llevamos casi todo hecho» explica Julia mientras que Sonsoles confiesa que «la nota de corte es muy alta, hay mucha competencia y mucha presión para entrar en la carrera que queremos».
Sus compañeros del IES Germán Sánchez Ruipérez han compartido con ellas la alegría de esta distinción y destacan la unión que todos ellos han compartido a lo largo de estos dos cursos. Lejos de sentirse las «empollonas» de clase, aunque alguna vez en el caso de Sonsoles se lo hayan dicho «siempre en broma, no como crítica y en plan constructivo», en su entorno no cabe duda de que sus logros son fruto del esfuerzo de innumerables horas de estudio. El sacrificio de no poder salir tanto de fiesta como les gustaría teniendo en cuenta que son dos jóvenes de 17 y 18 años, tener que «aparcar» aficiones de Sonsoles como la lectura y el piano o la música y ver series de Julia, han valido la pena y las dos son, además, un claro ejemplo de que el esfuerzo tiene su recompensa.