El paso del tiempo, la pavimentación de las calles y la llegada del agua corriente a las casas condenaron a la desaparición a numerosos lavaderos en multitud de pequeños pueblos de la España rural y Macotera no fue una excepción. El Fortín, con sus antiguas pilas en las que lavaron la ropa varias generaciones del pueblo en una tarea que en aquellos años desempeñaban exclusivamente las mujeres, quedó oculto bajo toneladas de arena y hormigón aunque su recuerdo nostálgico ha seguido vivo desde entonces. Ahora el Ayuntamiento ha decidido recuperar y poner en valor ese aquel lavadero y los operarios han iniciado estos días los trabajos para descubrir las pilas de granito que, a pesar de todos los avatares, tienen un aceptable estado de conservación.
El Fortín, a escasos metros de la plaza de la Leña y el frontón, será de nuevo punto de encuentro en la villa macoterana ahora como un espacio de ocio y disfrute público y en pocas semanas podrá verse el resultado final.