Colaborar con los que ayudan a conseguir un mundo más justo, a vencer las diferencias sociales, a ganar la partida a las enfermedades y a echar una mano a los que más lo necesitan se ha convertido en un modo de vida para Rosa García Gómez, una vecina de Babilafuente, que desde hace tres décadas está volcada con distintas causas solidarias. «Empecé hace más de 30 años cuando trajimos en verano a un niño saharaui en acogida y la experiencia fue tan gratificante que cuando llegó el momento de volver al Sahara él no quería irse y yo quería a su vez que se quedara conmigo. Fue la primera vez que me decidí a elaborar dulce de membrillo y conseguí unos 300 euros que entregué a la asociación que gestionaba la acogida para ayudarles a que los niños siguieran viniendo a España», recuerda Rosa.
A día de hoy su dulce de membrillo, basado en una receta totalmente tradicional, sigue teniendo merecida fama entre todos los que lo prueban y de paso también colaboran con las causas solidarias que promueve Rosa. «La gente viene y me lo deja en la entrada de casa, los membrillos, el azúcar y hasta los recipientes, yo sólo pongo el trabajo y cada año siempre digo que no hago más pero al final sigo», comenta.
Poco a poco y aprovechando sus innatas cualidades para la decoración y los trabajos manuales, Rosa García empezó también a crear centros de mesa navideños y bandejas y botellas decoradas con las que sumar ayudas para otras causas como Acción Verapaz, Pyfano y Proyecto Hombre, entre otras. «Tengo una habitación entera de mi casa dedicada a ello, con los materiales y productos que utilizo y con las piezas ya acabadas. Todos los días dedico tiempo a ello, hasta cuando he estado trabajando y al acabar y volver a casa, sacaba siempre un rato para hacer algo», añade.
La respuesta vecinal es muy positiva y Rosa ya tiene incluso encargos para el Día del Padre. «Es una satisfacción personal, no me manda nadie hacer esto pero es muy gratificante ver que tu labor sirve para ayudar a los que lo necesitan», señala. Ese «enganche» solidario le ha llevado incluso a hacer ya acopio de bandejas y productos para la próxima Navidad aprovechando la oferta que tenían en el bazar del pueblo. «Todo lo que recaudo va íntegro para ellos, para las asociaciones y organizaciones que ayudan a los demás. No tengo ningún afán de protagonismo sólo animar a que seamos más personas las que ayudemos con éstas y otras iniciativas porque se necesita mucha colaboración», concluye Rosa García.
Rosa García, junto a más voluntarios de Babilafuente, también colabora en la organización de la campaña de solidaridad de Las Villas que arranca en Babilafuente con el rastrillo del Domingo de Ramos y el grupo está ultimando ya los preparativos para la elaboración de 100 kilos de perronillas caseras para la mencionada campaña en la que los pueblos de la zona se vuelcan con Acción Verapaz, Manos Unidas y Cáritas.