José Luis Maudo es el propietario de la Funeraria La Luz, negocio que gestiona junto a su mujer, Adela Bernardos, y al que avalan más de tres décadas de experiencia en el sector. Hoy, festividad de Todos los Santos, ofrece esta entrevista para NOTICIAS A TIEMPO.
-Para dedicarse al sector funerario, ¿cree que hay que estar hecho de una pasta especial?
-No somos de pasta especial, somos personas normales que prestan un servicio esencial, si bien es cierto que es un trabajo un poco estigmatizado porque no estamos educados para la muerte desde la infancia y eso hace que se vea como algo malo, negativo y que eso de «andar con muertos» como se suele decir por buena parte de la sociedad, dé un poco de reparo. Es un trabajo como otro cualquiera y del que nos sentimos muy orgullosos por la connotación que tiene de servicio a la sociedad y a las personas en momentos tan difíciles.
-¿Qué factores les diferencian respecto a la competencia?
-Creo que lo más destacado en nuestro día a día es la humanidad con la que afrontamos cada servicio, porque cada fallecido y cada familia necesitan una atención personalizada y cercana para que esa pérdida sea más llevadera. Se trata de aportarle la tranquilidad y confianza que necesitan en esos momentos. También consideramos un elemento diferenciador la calidad en nuestros servicios, instalaciones y la clave de Funeraria La Luz es que siempre estamos dispuestos a hacer lo que otros no hacen, cualquier cosa que la familia necesite nosotros se lo solucionamos para que la pérdida de un ser querido no sea, además, un problema.
-Trabajar en unos momentos difíciles y en muchos casos especialmente dolorosos ¿pasa después factura a nivel anímico en el plano personal?
-Antes que funerarios somos personas y tenemos sentimientos y lógicamente no somos ajenos a lo que vivimos en nuestro día a día, pero después de 33 años prestando servicios ya la experiencia nos ha hecho fuertes y son momentos en los que no podemos venirnos abajo porque las familias necesitan todo nuestro apoyo y somos los responsables de estar ahí para ayudarles en todo y sobre todo a nivel anímico apoyándoles.
-¿Recuerda algún hecho o anécdota que se le haya quedado grabado en estos momentos de profesión?
-Lo que nunca se olvida son los fallecimientos de los bebes, de los niños, que es algo que no querríamos tener que hacer pero la vida es así. Desde el punto de vista anecdótico hemos pasado muchos casos divertidos que serían un buen caldo de cultivo para escribir un libro pero no voy a citar ninguno por el respeto que me merece mi profesión.
-¿Hacia dónde se dirige el sector en estos momentos?
-Como todas las empresas, estamos en una sociedad global en la que todos los negocios tenemos la obligación de adaptarnos a las nuevas tecnologías para ser más eficientes y profesionalizar nuestros servicios. Nosotros nunca nos olvidamos de las personas mayores y lo que precisan que son lo más importante a pesar de los avances y también estamos apostando por cumplir dentro de nuestro día a día los objetivos de desarrollo sostenible hacia los que caminamos todos en materia de contaminación y gestión de residuos, entre otros. Apostamos cada vez más por féretros ecológicos, material no contaminante, etc.
-El trabajo cara a cara con la muerte ¿hace que se valore más la vida?
-Por supuesto como dije anteriormente no estamos educados para la muerte y ése es el gran problema de que cuando llega ese momento nos rompe y no lo sabemos sobrellevar y hay personas que pasan años sin superar el duelo. La vida es lo único que tenemos y nos ha sido regalado y tenemos que disfrutarla día a día, como decía Tagore «entre tantos quehaceres y tan urgentes se me olvidó que también es preciso morir…..a partir de mañana empezaré a morir lentamente sin perder un solo instante».
-¿Que proyectos tiene Funeraria La Luz?
-Seguir en la línea de la digitalización y cumplir los objetivos de desarrollo sostenible. Mejorar nuestros servicios aprovechando las nuevas tecnologías y mejorar nuestras instalaciones y equipamiento.