Macotera vuelve a estar presente en las grandes pruebas de atletismo a nivel nacional esta vez de la mano de Toñi Hernández que ha participado recientemente en la «Desértica», una carrera organizada por el Tercio Juan de Austria 3º de la Legión Española y que se ha disputado en tierras almerienses.
«Empezaré mi crónica diciendo que no me llamaba la atención apuntarme a esta carrera que, aunque la organiza la Legión, habia oído que era dura y que los paisajes no eran como los 101 de Ronda. Y es cierto, nada que ver. La de Ronda tiene la dureza de que cuando llevas 70 kilómetros y te paras a cenar en el cuartel, te quedan aún 31 kilómetros y son los peores. Se hace larga sí pero la hice, dos veces. Pero tienes tramos con sombras, pasas por muchos pueblos con animacion brutal sobre todo en Setenil, y la serranía de Ronda es brutal. Y pienso: bueno malo ha de ser que 72 kilómetros no los acabe…La llaman la «Desértica» y dicen que te encuentras a «La Bestia» y vaya si te la encuentras…qué desniveles, qué cuestas para arriba, qué bajadas (sobre todo la última, brutal). Agradezco a Fran, un chico de Barcelona, que me dejó un rato los bastones porque con las ampollas que llevaba iba modificando la pisada y me dijo «al final te vas a jorobar» y algo me alivió el llevar los bastones», explica Toñi Hernández a NOTICIAS A TIEMPO.
La atleta macoterana reconoce, además, que «me convencieron para apuntarme sin muchas ganas pero bueno, Ana me iba animando y al final me apunté. Conseguí dorsal y parecía que faltaban muchos meses para que llegara el día…y llegó. No hice muchos entrenamientos largos, ni intensos, pero sí salía algunas veces a trotar media hora, 45 min o una hora como mucho y algunas tiradas de 15/23 kilómetros por el bosque donde trabajaba. Y se pasaron los días, las semanas y llegó el día. Viajé hasta Madrid donde Ana y Fernando me recogieron en el tren, y salimos rumbo a Almería con más compañeros que harían la «Desértica». Visita a la Feria del Corredor, recogida de dorsal y bolsa del corredor, cena y a dormir. Los días previos no dormí mucho pero la noche antes nada, vi pasar todas las horas al reloj. Ducha, desayuno, ropa, dorsal, y a la salida de carrera donde vimos salir a las bicis, fotos de rigor, nervios y dan la salida. Hablamos de trotar lo que se pueda y el calor nos permita y andar en las subidas fastidiadas o cuando el calor más apretaba sin una sola sombra y sí, es lo que tiene Almería, desierto y más desierto. Menos mal que los avituallamientos están cada 5/6 km porque si no más de uno lo iba a pasar mal. Avituallamientos con agua, Acuarius, fruta y frutos secos. No estaban mal, cada uno que se lleve lo que quiera y lo que te ofrezcan. Bienvenido sea. Así que nada más que decir, animación por parte de los Legionarios y almerienses, organización muy buena, muchos voluntarios de Protección Civil, Policía Local y ¿qué decir? que pudimos con la «Bestia». Y aunque dije que no volvería, no descarto algún año volver», concluye.