La muerte no da tregua y provoca que el cementerio de Peñaranda esté a día de hoy bajo mínimos con respecto a las últimas sepulturas libres, un asunto que salió en el turno de ruegos y preguntas del último pleno por parte del Partido Popular alertando precisamente de esta situación. La alcaldesa, Carmen Ávila, reconoció que el último cuartel de enterramientos que se hizo en el camposanto está a punto de agotarse pero que en este año 2022 no se contempla ninguna inversión nueva en el cementerio salvo extrema necesidad si hubiera que construir «de urgencia» algunas sepulturas más. Otra de las demandas que, por ahora, sigue sin respuesta es la de un columbario en el que puedan depositarse las cenizas de los difuntos que son incinerados y continúa pendiente la construcción de uno de ellos en la zona de ampliación del camposanto donde siguen existiendo cientos de metros cuadrados disponibles.
Elementos punzantes
Por otra parte y después de que en el verano del 2021, el Ayuntamiento aprobase la nueva ordenanza reguladora y fiscal del cementerio municipal algunos aspectos de dicha normativa siguen sin cumplirse más de un año después como es la orden para retirar cualquier elemento punzante utilizado en el vallado perimetral de las sepulturas en el plazo de seis meses, plazo que expiró en febrero de este 2022.
En el caso de no hacerlo, tal y como refleja también dicha ordenanza, el personal municipal se encargará directamente de quitar las rejas aunque la mayoría siguen en su emplazamiento original como muestran las fotografías. Los responsables municipales pretendían dar así respuesta a una petición casi histórica para eliminar este tipo de vallados, la mayoría con más de un siglo de antigüedad, y que en muchos casos están oxidados y suponen un peligro para los visitantes que acceden a otros enterramientos situados en la misma zona aunque, por ahora, pocos son los que han cumplido con la ordenanza.
Desde ese momento está prohibida, además, la utilización de cualquier elemento punzante en el perímetro de las sepulturas aunque se trata de una problemática que afecta solamente a la zona más antigua del cementerio donde también existen algunas sepulturas con las lápidas rotas y en otros casos hundidas.