La consejera de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, María González Corral, ha visitado en la mañana de hoy, lunes, los campos de ensayo de soja puestos en marcha por el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (ITACYL) y Pascual en Arabayona de Mógica. El presidente de la Diputación provincial, Javier Iglesias; el delegado territorial de la Junta en Salamanca, Eloy Ruiz; la procuradora regional del PSOE, Rosa Rubio y el alcalde de Arabayona de Mógica, Manuel Santos han acompañado a la consejera en dicha visita a la que también se han sumado un grupo de agricultores de la zona.
María González ha destacado como un «ejemplo de esa colaboración público privada que mantenemos en este caso entre el Instituto Tecnológico agrario de la Junta de Castilla y León y la empresa Pascual» y la evolución de un cultivo como la soja que «ha ido creciendo año tras año. Sólo por poner un ejemplo hace dos años la superficie de soja en Castilla y León estaba en torno a las 120 hectáreas y este año ya son 400 respecto a las 2.500 aproximadamente que se cultivan en España».
La consejera ha hecho hincapié en que «es importante apostar por cultivos alternativos y para ello hay que hacerlo primero en esa colaboración, en esos ensayos, aquí tenemos más de 20 variedades de ciclo corto y otras tantas de ciclo largo. Eso va a permitir a los agricultores, a la empresa transformadora y también a nosotros, a través de esos de esos estudios e investigación que realizamos, ver qué variedad se adapta mejor al terreno, qué variedad permite unos mayores rendimientos para los agricultores, que variedad se adapta mejor a las condiciones climatológicas o qué variedad necesita más o menos agua para conseguir ese objetivo que es el mayor rendimiento tanto para el agricultor como para la empresa. Al final, el apostar por la soja y por otro tipo de productos es beneficioso y en esa línea estamos trabajando en el ITACyL. Así podemos decir que hemos invertido en los últimos años más de un millón y medio en proyectos de I+D+I en leguminosas, pero que también por nuestras instalaciones pasan más de 2.000 productores al año para aprovecharse de esos proyectos de investigación que realizamos y acercar las nuevas tecnologías y esa I+D+I a nuestro campo para hacerlo más rentable».
«Apostar por la soja permite la rotación de cultivos ya que, además, fija el nitrógeno en nuestro terreno lo que supone que, año tras año, van mejorando esa fijación en nitrógeno y por tanto, esos cultivos con menos fertilizantes. También es un cultivo que se destina tanto para consumo humano como para consumo animal y que tiene, además, una vez mayor auge y cada vez mayor consumo a nivel mundial. Por todo ello es importante que estemos todos juntos agricultores, empresa transformadora y por supuesto la administración para apostar por todo ello», ha añadido María González.
Joaquín Lorenzo, responsable de Compras de Pascual, ha explicado por su parte que en estos ensayos necesitan «que tengan un volumen suficiente, una cantidad de proteína adecuada también a las necesidades de la compañía y por supuesto, que sean rentables para el agricultor y que sean rentables para nosotros de forma que tengamos una bebida distinta a la bebida que tengan los demás. La primera distinción que tenemos es eso, nuestro trabajo en campo desde hace muchos años y somos la única empresa que tenemos todas las hojas que metemos en nuestros envases de Vivesoy producida en España». En este sentido, Lorenzo ha citado ventajas como evitar la huella de carbono que supondría traer la soja desde países como Brasil o Argentina.
«La agricultura va cada vez más a la eficiencia, al respeto al medio ambiente, a la economía circular y a la sostenibilidad y la soja es un cultivo mejorante que trata bien al suelo y antes de sembrarla, se inocula en las semillas con unos microorganismos que lo que hacen es favorecer que se fije el nitrógeno, con lo cual necesita menos nitrógeno y además, se queda más nitrógeno para el siguiente cultivo», ha señalado Joaquín Lorenzo. » Las variedades que nosotros utilizamos de soja tienen que cumplir tres o cuatro requisitos fundamentales: uno de ellos es el volumen, otro es la cantidad de proteína que tengan, otro es la adaptación a nuestros suelos.