El salón de plenos del Ayuntamiento ha acogido esta tarde la reunión preparatoria del Carnaval en Peñaranda marcada, un año más, por la escasa asistencia pero en la que no han faltado las propuestas. El concejal de Festejos, Pedro Pérez, acompañado por el primer teniente alcalde, Fran Díaz y la edil de Economía, Patro Macías, ha expuesto la intención de mantener la programación tradicional en líneas generales y escuchar posibles sugerencias para mejorarla. En este sentido parece que tiene muchas papeletas de salir adelante la idea de hacer una ruta de bares con disfraces y música, similar a la que se hizo en las fiestas de San Miguel, y que se celebraría en la mediodía del domingo 11 de febrero. El lunes será el día dedicado a los más pequeños con un baile infantil en el parque La Huerta, si el tiempo lo permite, y en el que el PP ha sugerido realizar un desfile para que los niños puedan lucir también sus disfraces y que haya algo más de animación que solamente la música que se ha puesto otros años.
El martes mantiene su condición de día grande del carnaval peñarandino con el desfile y concurso de disfraces que el año pasado ya se realizó en la plaza de la Constitución. Teniendo en cuenta que este año el antruejo cae en fechas más tempranas y posiblemente con más frío se ha pedido en la reunión que pueda haber una carpa en la plaza con la que asegurar su celebración en caso de que, por ejemplo, llueva. Cabe recordar en este sentido que la nueva pista del pabellón, en la que sólo puede entrarse con calzado deportivo y en ningún caso meter ningún elemento de decoración que suelen llevar los disfrazados, algunos incluso sobre ruedas, obliga a celebrarlo ahora en el exterior ya que Peñaranda no cuenta a día de hoy con ningún otro gran espacio de estas características. La cuantía de los premios del concurso permanece sin cambios así como el baile en el que se entregarán los galardones y que contará con una discomóvil.
El miércoles tampoco faltará el entierro de la sardina que partirá del Ayuntamiento para recorrer las plazas y quemar a don Carnal junto al templete para dar paso a una degustación de sardinas con vino y refrescos.