Los términos municipales de El Campo de Peñaranda y Villar de Gallimazo comparten uno de los espacios ornitológicos más importantes de la provincia y de la región como es el azud de Riolobos, un humedal con una extensión de 387 hectáreas, excepcional para el paso y nidificación de aves. Este humedal artificial se creó en 1998 para abastecer de agua a los cultivos de regadío y para ello se construyeron dos diques en la cuenca del arroyo de Riolobos, siendo el agua aportada por un canal de trasvase desde el río Tormes. A pesar de la controversia que generó su creación, a lo largo de estas décadas Riolobos se ha convertido en el gran paraíso ornitológico de la comarca donde se desarrollan periódicamente acciones educativas y ambientales y experiencias enfocadas a los visitantes como la despedida de las cientos de grullas que pasan el invierno en el mencionado humedal hasta finales de enero.
La puesta en marcha del regadío de la Armuña (Fase 1) ha implicado, además, que el azud reciba importantes aportes de agua y con ello revitalice todo su ecosistema natural. En Riolobos se pueden observar ejemplares de malvasía (Oxyurus leucocephala), espátula (Platalea leucordia) o cigüeñuelas (Himantopus himantopus). También es curioso ver en grandes concentraciones de gansos (Anser anser), azulones (Anas platyrhynchos), patos cuchara (Anas clypeata), ánades rabudos (Anas acuta) o fochas comunes (Fulica atra), entre otras especies. El azud es una parada obligada para miles de aves durante todo el año. Son miles las aves que descansan aquí durante la invernada, destacando numerosas especies de anátidas, limícolas, ánsares y grullas, estas últimas habitualmente con números por encima del millar. La presencia de limícolas es importante sobre todo en el paso migratorio, y se pueden observar varias especies de correlimos, archibebes, las dos agujas, así como canasteras o fumareles. En los años óptimos de abundancia de agua, crían en sus islas cigüeñuelas y chorlitejos. A destacar las colonias de cernícalo primilla en las alquerías de los alrededores, así como la presencia habitual de aves esteparias como avutardas, ortegas, o los últimos sisones y gangas ibéricas de la provincia,
contando entre los aláudidos con la presencia de terrera común.
Apuesta de la Diputación provincial por la promoción de este espacio
Desde la Diputación provincial de Salamanca se está llevando a cabo una promoción del azud de Riolobos dentro de los grandes lugares de la provincia con obligada parada para los aficionados a la ornitología. El nordeste de la provincia es mucho más que una sucesión interminable de campos de cultivo, quinta esencia de los paisajes castellanos más puros. En medio de este territorio aparece el Azud de Riolobos, con sus miles de aves acuáticas. Los pueblos de la zona, conscientes también de este potencial, están estudiando nuevas acciones para la puesta en valor del humedal y aprovecharlo como recurso esencial para el desarrollo socioeconómico más allá de su papel en el regadío de la Armuña.