Los vándalos parecen dispuestos a seguir desafiando al municipio dejando nuevamente su rastro de incivismo, suciedad y destrucción en el recién reformado paso inferior de la vía del tren. A mediados del mes de septiembre ya plasmaron su firma en una de las paredes del túnel y el hecho generó la lógica indignación entre las numerosas personas que se ven obligadas a diario a transitar por él camino de su trabajo en el polígono industrial El Inestal, de sus viviendas en la zona residencial de Los Chopos o de sus paseos hasta el parque del Inestal.
La Acción de Formación y Empleo «Pintacultura Peñaranda», que realizó este gran trabajo de adecentamiento para devolver la dignidad a lo que era un auténtico pasaje del terror, eliminó aquella primera pintada y un mes después, los vándalos han vuelto a entretenerse aún más manchando con su rastro la zona. Todo ello ha vuelto a motivar las quejas vecinales, más enérgicas si cabe, y la petición de aumentar la vigilancia en el paso inferior o incluso colocar cámaras de seguridad que permitan identificar a los gamberros.
Cabe recordar, además, que desde el año 2011 Peñaranda cuenta con una ordenanza municipal de convivencia y protección de bienes e instalaciones públicas y privadas y que en su capítulo III, artículo 8, punto 1 de Actividades Prohibidas recoge textualmente: «No se podrán realizar pintadas «grafitis», firmas, inscripciones ni cualquier otro tipo de grafismos en los elementos y bienes tanto públicos como privados, protegidos por esta ordenanza, con excepción de aquellas intervenciones artísticas realizadas con autorización del propietario y en último término con autorización municipal». Esta misma ordenanza, que este tipo de gente se salta a la torera, tipifica como infracción grave este tipo de pintadas que conllevan sanciones económicas de 101 a 250 euros.