La antigua Virgen de la Soledad que se venera desde hace décadas en la ermita del Humilladero, en Peñaranda, ha vuelto «a casa» tras un proceso de varias semanas en el que se ha renovado su ajada vestimenta. «Llevamos la Virgen al escenario del Calderón para el acto del pregón de la Semana Santa y vimos que se encontraba en muy mal estado en general y sobre todo, en la vestimenta así que por devoción familiar y de forma totalmente altruista decidimos confeccionar y donar toda la indumentaria que le hemos hecho nueva», explica Moisés Pérez, presidente de la Hermandad de Cofradías que junto a su mujer, Isabel García Martín han sido los encargados de la transformación de la imagen. Suya ha sido la tarea de confección de nuevos mantos y sayas, incluido un terno de hebrea que lucirá durante la Cuaresma. Cabe mencionar, además, la donación de su traje de novia realizada por Manoli García, muy devota de la Soledad, y que se ha aprovechado en varias partes para la saya que viste en estos momentos la Virgen.
En dicho proceso se ha procedido, además, a limpiar la diadema así como el corazón con los siete dolores que lleva la Soledad en el pecho y se ha visto, también, la necesidad de llevar a cabo una restauración de la cara y las manos cuando las posibilidades económicas lo permitan.