Moríñigo lleva a gala lucir en distintos rincones del casco urbano las obras realizadas por sus habitantes y un grupo de mujeres de la localidad ha vuelto a sacar su faceta creativa con nuevos elementos decorativos. Lápices de colores en las antiguas escuelas, un palet con girasoles y mariquitas y un mural homenaje al mandil de la abuela son algunas de las muestras de su trabajo, totalmente altruistra, que pueden ver ya en Moríñigo vecinos y visitantes.