Varias viviendas en Santiago de la Puebla lucen estos días en sus dinteles unas curiosas composiciones de flores y plantas en forma de cruz que, sin duda, llaman la atención y que perpetúan una antigua tradición, son las denominadas cruces de San Juan. Previamente a la fiesta que cada año se dedica al santo el 24 de junio, son los propios vecinos los que preparan las cruces con las flores que decoran normalmente sus patios y jardines y a las que suman «pañales», una planta silvestre que recogen en el campo y destaca por su floración amarilla. Con la destreza que los santiagueses y santiaguesas han ido heredando de pasadas generaciones van componiendo todo ello en forma de cruz y el siguiente paso es colgarla sobre puertas y ventanas a media noche para recibir con ellas el día de San Juan.
«Los mayores del pueblo siempre han contado que se ponen para ahuyentar los malos espíritus y atraer la buena suerte y para que la cruz ‘baile’ cuando amanece el día y recibe los primeros rayos de sol el 24 de junio», comenta un joven santiagués. El símbolo suele quedarse hasta que el calor del verano lo seca y cae o lo deshacen los primeros vientos del otoño.
FOTOS CEDIDAS POR JOSÉ ARIAS