La escritora macoterana Oly Martínez Arroyo con su obra «La Mancha» ha logrado el primer premio en la II edición del concurso de relato corto «Orgullo Loco» organizado por el Centro de Día de Salud Mental “Ranquines” de Cáritas Diocesana de Salamanca. El certamen se enmarca en las actividades de celebración del “Día del Orgullo Loco” que se celebra los días 24 y 25 de mayo y la entrega de los galardones se llevará a cabo el 24 de mayo en un acto que se celebrará en las instalaciones del Centro de Día de Salud Mental “Ranquines” de Cáritas Diocesana de Salamanca, en Santa Marta de Tormes (Salamanca).
El jurado del certamen ha estado formado por:
- Carmen Calzada Feliú, Directora de Cáritas Diocesana de Salamanca
- José Manuel Lázaro, Coordinador del Centro de Día de Salud Mental “Ranquines” de Cáritas Diocesana de Salamanca
- María Belén López Sánchez, Participante y Voluntaria del Centro de Día de Salud Mental “Ranquines” de Cáritas Diocesana de Salamanca
- Almudena Iglesias Moro, Coordinadora del Programa de Intervención en Prisión de Cáritas Diocesana de Salamanca
El segundo premio ha recaído en «Señor, líbranos del mal», de Pedro Expósito Hadi; el tercer premio en «La mala vida», de José Bermúdez Salazar; y el cuarto finalista ha sido Miguel Ángel Trujillo Holgado por «El delirio de mi desfase» y el quinto, Soledad Sánchez Macías con el relato «Mi madre».
Los relatos premiados y aquellos que los miembros del jurado consideren, serán expuestos en el Centro Comercial “El Tormes” en una exposición que se inaugurará el 25 de mayo, también como parte de las actividades de celebración del “Día del Orgullo Loco”.
RELATO GANADOR «LA MANCHA» AUTORA: OLY MARTÍNEZ ARROYO
Es como una mancha espesa y negra. Cuando sales a lidiar con la vida, se hace pequeña, molesta pero no duele. Tampoco desaparece.
Esta ahí, agazapada mientras tu trabajas, conduces, hablas con gente, vas de compras, comes e incluso ríes…. Permanece ahí, diminuta, recordándote con su espesura que se ha pegado a ti y no va a soltarte, aunque pongas todo de tu parte, aunque tengas todo lo necesario para quitártela de encima. No se irá.
Llegas a casa y cuanto más cerca estas de la puerta de tu hogar, más va creciendo la mancha, crece y crece. Aprieta la garganta, no te deja respirar, no te deja llorar.
Solo crece y crece hasta apoderarse de todo tu cuerpo: Ya respiras mancha, ves mancha, hueles a mancha, tocas su pegajosidad, la sientes, te ahoga. Aprieta y no para de crecer.
Decides dormir porque crees que de esa forma no la alimentas y así parará de crecer. Respirarás. Al día siguiente vuelves a salir a eso que llaman vida, y la mancha sigue ahí, pequeña pero más pegada a ti que el día anterior, esperando su oportunidad para volver a crecer.
Supongo que no toda la gente que sufre depresión va llorando por las esquinas, supongo que hay gente que siente la mancha sin atreverse a ponerla nombre y supongo que todos hemos sentido esa mancha en alguna ocasión de nuestras efímeras vidas.
Y así la gente decide dormir para siempre para que la mancha no les asfixie al llegar a casa.
La depresión es eso. La mancha.
Las manchas se quitan. Pide ayuda.
Oly
D.E.P Verónica Forqué