El 11 de marzo de 2004, jueves, Hermógenes Terradillos ejercía su profesión de agricultor que, además, compaginaba con su cargo como alcalde de El Campo de Peñaranda, una localidad que apenas unas horas después de los brutales atentados confirmó la peor de las noticias, la pérdida de uno de sus vecinos, Ambrosio Rogado. Hoy, 11 de marzo de 2024, dos décadas después el edificio multiusos sigue llevando el nombre de Ambrosio Rogado para perpetuar su recuerdo y el de todas las víctimas de aquella fatídica jornada. Coincidencias del destino, Hermógenes Terradillos vuelve a ser alcalde en El Campo de Peñaranda desde el pasado mes de junio y hoy participará en el homenaje del 11M organizado por la Junta de Castilla y León en Valladolid. Castilla y León perdió a nueve de sus «hijos» en la mayor tragedia terrorista del país que dejó 193 muertos y casi un millar de heridos de distintas consideración.
-¿Qué recuerda de aquella fecha?, ¿cómo se recibió la noticia en el pueblo?
-Aquí en el pueblo, al principio, igual que en toda España, un drama, un atentado que en las primeras horas nadie sabía qué magnitudes tenía, fue tremendo. Así estuvimos prácticamente un día y ya se empezaron a escuchar los primeros comentarios de que si un vecino nuestro del pueblo que vivía en Madrid, en Coslada, iba en los trenes, que no se sabía nada de él y fueron creciendo la incertidumbre y la preocupación. Al día siguiente recuerdo perfectamente que yo estaba trabajando y ha llegado por la mañana un vecino a decírmelo: «oye que Ambrosito iba en un tren», para nosotros en el pueblo era Ambrosito y a partir de ahí lo primero que hice fue llamar a sus familiares y ya me lo confirmaron. Fue un palo para toda España, nadie sabíamos qué pasaba, pero a nosotros ese atentado nos dio dos veces, el primer día como a todos los españoles y el segundo, al confirmar ya que uno de nuestro pueblo estaba entre los fallecidos.
-¿Qué relación tenía Ambrosio Rogado con su pueblo?
-Ambrosio nació aquí y aquí pasó su juventud y después, como muchísima gente, tuvo que salir fuera y en su caso se fue a Madrid. Cuando esto ocurrió él vivía y trabajaba allí, tenía a su mujer, a sus hijos pero venía siempre mucho al pueblo en verano, en Navidad, en Semana Santa, muchos fines de semana, seguía muy ligado al pueblo porque sus padres vivían aquí. Cuando él murió su madre aún vivía.
-El Ayuntamiento decidió días después rendirle un homenaje y que el edificio multiusos llevara su nombre, ¿cómo fue todo aquello?
-Los atentados ocurrieron un jueves, el viernes confirmamos ya que Ambrosio era una de las víctimas mortales y esa noche, como en casi toda España, hicimos ya una concentración de repulsa a lo sucedido y de recuerdo a él y al resto de fallecidos y heridos. Recuerdo que como alcalde iba a salir a leer un manifiesto y fui incapaz, en el pasillo del Ayuntamiento llorábamos todos, fue muy duro. Al día siguiente desde aquí salió un autobús y bastantes coches particulares y estuvimos acompañando a la familia desde el tanatorio y hasta el cementerio. Poco tiempo después pensamos que teníamos que hacerle un recuerdo a él y a todas las víctimas del 11M y decidimos en el pleno que el centro multifuncional se llamase «Ambrosio Rogado».
-¿Seguís manteniendo a día de hoy contacto con su familia?
-Sí, sus hijos han arreglado la casa de los abuelos y vienen muchísimo, tienen a día de hoy una relación muy directa con el pueblo manteniendo vivo ese lazo con El Campo de Peñaranda que tanto quería su padre.
-Personalmente, ¿qué recuerdo guarda de Ambrosio Rogado?
-Era un hombre muy alegre y bromista.