La culpa esta vez no es de Tabi por no dar cuerda al reloj, como canta la popular comparsa peñarandina, pero sí es cierto que el de la torre parroquial lleva parado algunos días justo a las 14:34 horas y es algo que llama la atención a los que tienen por costumbre mirarlo cuando pasan por la plaza. No sólo es el reloj el que no da la hora sino que las campanas de la parroquia tampoco tocan y todo ello tiene su explicación en la humedad de las nieblas y las fuertes heladas que se están produciendo desde hace más de una semana.
«La humedad ha provocado que los sistemas dejen de funcionar, ni podemos tocar las campanas desde la sacristía ni tampoco funciona el reloj. En su día el cableado se instaló por fuera y ahora nos encontramos con este problema. Habrá que mirar cómo solucionarlo para que los cables vayan por dentro, más resguardados, y no se repita esta situación en cuanto hay mucha humedad», ha explicado el párroco, Lauren Sevillano.
Por el momento los que se fían del reloj parroquial tendrán que recurrir al de pulsera o al del teléfono móvil que casi siempre nos acompaña para llegar «a tiempo».