DESPEDIDA A LOS ALCALDES HISTÓRICOS DE LA COMARCA
Otro de los alcaldes históricos de la comarca de Peñaranda que dejará el cargo después de dos décadas es el socialista Ángel Gómez Carrasco, regidor en El Pedroso de la Armuña, una localidad que cuenta actualmente con unos 200 vecinos empadronados.
-Llega la hora de decir adiós al Ayuntamiento, ¿cómo se siente en estos momentos?
-Me siento tranquilo y satisfecho por todo lo hecho en estos 20 años.
-¿Es difícil dar un paso atrás para que llegue gente nueva?
-No me ha sido difícil dar el paso atrás para dejar que llegue gente nueva, lo veo necesario. Después de tanto tiempo en el cargo a veces se hacen las cosas por obligación y no con ilusión, y en un cargo, ya sea de alcalde o concejal, que es totalmente gratuito debes tener la ilusión como motor, y sobre todo, la ganas de servir a tus vecinos, pensar en todo lo que puede pasar en un futuro no muy lejano. Pues nuestros pueblos, que se van vaciando a marchas forzadas, que se quedan sin servicios esenciales aunque no sean competencia del Ayuntamiento, hay que hacer todo lo posible para que su vida sea lo más llevadera posible.
-¿De qué se siente más satisfecho de haber logrado en su etapa como alcalde?
-Por ejemplo, de la tienda. Sabíamos que un día se tendría que cerrar y compramos un local de la antigua cooperativa de agricultura que está al lado del bar. Hicimos una terraza para el bar, que es municipal, y un local para la tienda. Con los empleados municipales que teníamos en aquel momento lo hicimos y hemos conseguido que esté abierta por una persona joven que quiere vivir en el pueblo. Son muchas las cosas que se han hecho: Museo Etnográfico, luego convertido en Casa rural, ajardinamiento del entorno de la iglesia, camino de circunvalación en la zona de regadío, nuevo parque infantil, subvención a la natalidad, subvención por estudios, puntos limpios de fitosanitarios y residuos urbanos, etc. Y otras obras que hemos hecho como los trabajadores municipales, a través de subvenciones, con el alguacil a la cabeza. Yo tenía las ideas y las exponía, entre todos las hemos sacado a delante. Pero si de algo me siento especialmente orgulloso es del vehículo municipal para llevar al Centro Médico de Villoria a quien lo necesitase, fue muy gratificante ver la tranquilidad de las personas que tenían dificultades para desplazarse, fue lo primero que hice cuando llegué de alcalde. Se han hecho muchas cosas y están ahí y se pueden ver, ¿se podrían haber hecho otras? por supuesto, pero que lo que ha primado son los intereses de las personas que viven en el pueblo.
-¿Qué espinita le ha quedado clavada?
-Han sido tres. Una: la promoción de vivienda pública. Conseguimos subvención del Ministerio de la Vivienda del Gobierno de España para la urbanización de las parcelas a edificar, con la condición de edificar en cinco años. De la Junta nos dicen que hay una empresa pública que construye las viviendas, pero la subvención por vivienda se la quedan ellos, no el comprador. No aceptamos, como es lógico. Pedimos permiso a la Junta para la construcción, nos lo niega tres veces. Pasado ese tiempo nos dice que le devolvamos el dinero de la urbanización por no haber edificado. Surrealista. Ésta es la política de vivienda de quien gobierna la Junta.
Dos: la instalación de una planta fotovoltaica en una parcela municipal. La empresa que la quiere montar con todo en regla espera que la Junta le conceda el permiso. Pasan tres años y no se lo dan, la «trama eólica» debe tener algo que ver con esto, rescinden el contrato y abandonan el proyecto.
Tres: he estado 15 años intentando que desde la Universidad a través del Arqueólogo se descubriera una villa romana bastante importante. Se hizo un estudio de georradar y se vio su magnitud. En principio desde la propia Universidad se vio factible el proyecto, pero no sé qué poderes oscuros están en contra y no se ha hecho nada, la última justificación que me dieron es “que perjudicaba el turismo de Salamanca”. Demencial, absolutamente demencial. Con estas políticas es imposible que el mundo rural salga a flote.
-¿Qué consejo daría a sus sucesores?
-Que trabajen con ilusión teniendo como meta el bienestar de los vecinos, sobre todo los mayores. Todo lo que tenemos se lo debemos a ellos, debemos corresponderles y hacer su vida más agradable los últimos años de su vida. También ocuparse de los jóvenes, son el futuro y si desean vivir en el pueblo hay que ayudarlos en todo lo que se pueda. Los recursos municipales son generados por los empadronados en el pueblo, luego deben ser ellos los principales beneficiados.
-Ya sin responsabilidades políticas, ¿cómo plantea esta nueva etapa de su vida?
-Sin responsabilidades políticas me dedicaré a la asociación que creé para los ferroviarios, sus hijos y familiares. Poner en orden el Museo del Ferrocarril, hacer actividades culturales, y disfrutar de todo lo hecho hasta ahora en el pueblo.