Hambrienta, sedienta y deambulando por la zona de la carretera de Alba, así apareció hace unos días en Peñaranda una perra doberman adulta en un evidente y lamentable estado de abandono. El vecino que vio al animal en un primer momento llamó a la Policía Local cuyos agentes acudieron al lugar y solicitaron el apoyo de personas voluntarias que habitualmente dan respuesta en este tipo de casos. Trasladada la perra a una clínica veterinaria del municipio se comprobó que pesaba tan sólo 13 kilos, cuando el peso normal de una hembra de esta raza oscila entre los 27 y 41 kilos, y que también presentaba tumores en la zona mamaria además de no tener actualizado el calendario de vacunación. Tras la lectura del microchip, una vez que se logró localizar a la persona propietaria de la perra e informarle de lo sucedido, se obtuvo su autorización para proceder al sacrificio del animal poniendo fin a su sufrimiento.