El centro de Educación de Personas Adultas y SEO Birdlife han organizado hoy, martes, la charla informativa «Salvemos a los aguiluchos» que ha contado como ponentes con Guillermo Hernández Cordero y Laura García Hernández y ha despertado un gran interés entre los asistentes.
Guillermo Hernández, miembro de la Sociedad Española de Ornitología, ha explicado que: «De cara a la nueva campaña del aguilucho nos vamos a dividir en equipos por comarcas y lo que van a hacer es, a partir de abril, buscar en los campos de cereal las tres especies de aguilucho. Nos colocamos en sitios altos, con telescopios, buscamos aves, nos vamos moviendo y una vez que localicemos los nidos vamos a hablar con los agricultores a los que ofrecemos 25 euros por dejar un pequeño rodal alrededor del nido para que la familia pueda crecer ahí».
«En algunos casos lo que hacemos es colocar un cercón de malla de gallinero alrededor para que cuando pase la cosechadora los pollos no salgan corriendo y los mate. Dentro de ese cercón las aves pueden crecer y una vez que vuelan, se van. Estamos haciendo campañas de divulgación porque necesitamos voluntarios, la provincia es muy grande y no hay una gran densidad de aves por lo que cada nido supone casi una semana encontrarlo. Voluntarios pueden ser desde gente que vaya con nosotros al campo para buscar los nidos o gente que está paseando con la bici, conoce la especie y nos avisa y nosotros vamos a buscarlo, eso nos facilita la localización del nido, ganamos tiempo», ha añadido Hernández.
Durante la pandemia la campaña, al desarrollarse al aire libre y en amplias extensiones cerealistas, ha podido continuar. «En 2020 pudimos hacer campaña pero a partir de julio, se pudo hacer pero mal y después ya sin problemas hemos seguido», comenta el miembro de la SEO.
Guillermo Hernández reconoce que cada año gracias a este tipo de iniciativas se pueden salvar entre 30 y 40 pollos de la especie aunque no sólo las cosechadoras juegan en contra de la supervivencia de estas aves. «Si antes tenían el problema de las cosechadoras, ahora tienen ése y el calor porque de repente llega junio con temperaturas de 35 grados y pollos de una semana lo que causa efectos devastadores. El año pasado el 80 por ciento de los pollos de aguilucho en la provincia murieron por un golpe de calor. Las consecuencias del cambio climático son cada vez peores y al final tendremos que dejar de hacer campaña no porque no haya cosechadoras sino porque no va a haber bichos» ha asegurado.