El toque de la campana de la ermita y los antiguos cajones de madera con las velas forman parte de la tradición secular que se vive cada año por estas fechas en el cabildo y cofradía del Santo Cristo del Humilladero. La necesidad de alumbrar con velas al crucificado en los tiempos en los que no había energía eléctrica dio lugar a la costumbre de ofrecerlas como ofrenda especialmente por parte de los niños de corta edad a los que sus familias encomendaban, también, a la protección del Cristo. El paso de los años y la llegada de la luz al templo no lograron que la tradición siguiera de generación en generación y así ha llegado hasta nuestros días.
La mañana del Viernes Santo los más pequeños lucen sus mejores galas y vela en mano esperan en la plaza de la Constitución la llegada de los cristos de San Luis y el Humilladero que llegan desde la ermita de San Luis y protagonizan la despedida con el gesto reverencial de ambas imágenes. El Humilladero retoma camino, ya en solitario, por las plazas y las calles Carmen y Nuestra Señora hasta su barrio de Chamberí acompañado por la multitud y en el atrio de su ermita tiene lugar la ofrenda de velas por parte de los niños.
Los miembros de la Junta de Gobierno del Humilladero tienen estos días el cometido de poner a la venta, a un precio casi simbólico, esas velas que retornarán el Viernes Santo. Generalmente son padres, madres, abuelos y padrinos y madrinas de Bautismo los que compran las velas para los niños de la familia y las «rizadas» suelen ser las más demandas junto a las que están decoradas con cintas de colores. La vela tiene, además, un sentido iniciático en la fe para la infancia peñarandina como símbolo de la luz de Cristo que alumbra sus vidas.
Éste es el horario en el que se puden adquirir las citadas velas en la ermita del Humilladero:
DEL LUNES DÍA 20 AL JUEVES DÍA 23: DE 17:30 A 20:30 HORAS
VIERNES DÍA 24: DE 19:30 A 20:30 HORAS
SÁBADO DÍA 25: DE 11:30 A 13:30 Y DE 17:30 A 20:30 HORAS