Nada menos que 104 años cumple hoy Constanza Sánchez González y lo hace conservando intacta la elegancia que siempre le ha caracterizado a lo largo de este ya largo siglo de vida. Convertida ya en la mujer más longeva de la localidad, la centenaria ha celebrado esta fecha tan especial junto a su familia y a los compañeros y personal de la residencia San Pedro Advíncula. Un ramo de flores, canciones de siempre y por supuesto el «cumpleaños feliz» no han faltado en una bonita mañana en la que Constanza ha agradecido emocionada todas las muestras de cariño recibidas.
Constanza nació el 8 de febrero de 1919 en Carpio Medianero (Ávila). Allí transcurrieron su infancia y juventud y a los 19 años se casó con Teodosio Gómez, un joven del mismo pueblo que conocía desde siempre. Teodosio trabajaba en Madrid como conductor de un camión de reparto de hielo y Constanza se trasladó a la capital para iniciar una nueva etapa de su vida junto a su marido.
Pocos meses más tarde, la Guerra Civil cambió por completo el día a día de los recién casados. «Mandaron a mi marido al frente de las Navas del Marqués y, a pesar de los consejos que me dieron mis padres y mis suegros, yo no lo dudé un instante y me fui con él. Recuerdo que un día estaba guisando y sonó la sirena y tuve que salir corriendo para llegar al refugio», recuerda. Esperando en casa a Teodosio con el temor de que cayera alguna bomba, Constanza pronto supo que estaba embarazada y esa circunstancia motivó el regreso a su pueblo natal donde, una vez acabada la contienda civil, pudo reunirse con su esposo.
A partir de entonces las cosas tampoco fueron nada fáciles en la posguerra y con tan sólo 41 años enviudó teniendo dos hijos a su cargo. «Al lado de casa había un señor que vendía retales y me mandaba clientas a casa para que les confeccionara la ropa y así fuimos saliendo a delante. Mi hijo mayor empezó a trabajar en las oficinas del Ministerio del Aire y el pequeño estudiaba para maestro y siempre han estado pendientes de su madre como yo de ellos», señala. De hecho hoy, ambos han celebrado con Constanza este 104 cumpleaños.
Tras casarse ambos hijos y perder a las vecinas de toda la vida en Madrid, Constanza decidió venir a Peñaranda donde vivía una hermana y con ella pasó seis años. «Conocí aquí a un señor mayor y pasamos juntos nada menos que 20 años y fuimos muy felices, recorrimos toda España», añade Constanza. Hasta hace poco tiempo Constanza ha sido plenamente independiente aunque algunos problemas de movilidad le obligan ya a estar en silla de ruedas y tiene algunas dificultades de audición pero su elegancia en el vestir denota las excelentes manos que ha tenido siempre para la costura y bordado que le enseñó su madre como la mejor herencia.