Intentar manejar un vehículo en una auténtica pista de patinaje. Ésa es la sensación que tienen los conductores que a diario transitan por la carretera que une las localidades de Arabayona de Mógica y Villoruela y que encuentran la calzada convertida en un auténtico lodazal con el peligro que ello supone. «En algunos tramos no queda más remedio que ir como mucho en segunda para intentar que el coche tenga más agarre a la carretera pero está claro que te juegas el tipo y hay que recordar, además, que por aquí también pasa el transporte escolar en los días lectivos. Hasta que no ocurra alguna desgracia está claro que no van a hacer nada», han explicado algunos vecinos.
La problemática se ha hecho llegar incluso a la Mancomunidad de municipios de Cantalapiedra-Las Villas para ver qué medidas podrían tomarse en este caso o a quién poder dirigir la petición cuando la carretera presente esas condiciones totalmente adversas pero hasta el momento no hay decisión al respecto. Las características del terreno en esa zona, sumadas a las intensas lluvias de los últimos días, arrastran gran cantidad de sedimentos hasta la calzada como queda patente en las fotografías en buena parte de los cinco kilómetros que separan ambos pueblos de Las Villas.