Laura Hernández eligió la hostelería como medio de vida siendo apenas una adolescente y sigue poniendo ilusión y pasión en un oficio que le lleva ahora a recorrer numerosos pueblos del medio rural que, en muchos casos, no cuentan ni siquiera con un bar como punto de encuentro para sus vecinos. Su paso por el chiringuito de Zorita de la Frontera le brindó la oportunidad de fraguar numerosas amistades en esta comarca que, a día de hoy, conserva y que la siguen recordando tras la barra donde siempre les recibía con una sonrisa.
-¿Cómo empezaste en el sector de la hostelería y que te llevó a ello?
-Empecé en el sector de la hostelería con 16 años, fue en mi pueblo. Tenía la opción de entrar en una conocida tienda de ropa en Salamanca pero dependía de que alguien me llevara y me trajera y me quedé por ese motivo. Pero desde pequeña mi sueño era tener un bar y cuando empecé en el bar ‘Los Ángeles», más conocido como “el chichi” tuve claro que era mi vocación. Es verdad que tuve el mejor maestro y me enseñó de tal manera que me hizo amar esta profesión.
-En los últimos tiempos te has convertido en hostelera «itinerante», ¿qué es lo más duro y lo más gratificante de esta experiencia?
-Lo más duro para mí, sin duda, son las navidades, es una fecha muy familiar y siempre estás a la carrera y no las puedes disfrutar de la manera que me gustaría, cumpleaños y eventos familiares que tienes que dejar de lado, y reuniones con amigos a las cuales no puedes asistir. Y la cantidad de horas y esfuerzo que requiere esta profesión. Lo más gratificante es las huella que dejas en las personas y las que ellas dejan en ti. Creo que es súper bonito la manera que marcas la vida de muchas personas y ellas la tuya. Me han regalado momentos maravillosos.
-¿Valoran en los pueblos tu llegada aunque sea solamente para fiestas y ocasiones puntuales?
-Sí, cada día notamos muchísimo más valor. Los pueblos cada día van en descenso y nosotros somos como ese ratito de luz, así nos hacen sentir.
-¿Queda tiempo para disfrutar entre tanto trabajo?
-La verdad es que no disponemos de todo el tiempo que desearíamos. Pero es verdad que valoramos y disfrutamos muchísimo nuestro tiempo libre. Lo cogemos todo con más ganas.
-¿Cuáles son tus próximos retos?
-Mis próximos retos son seguir creciendo y dando servicio a todos esos pueblos que nos necesitan. Incentivar nuestro proyecto de este año que fue la apertura de nuestro bar en Cilloruelo. Y probablemente, volver a llevar la gestión de las piscinas de Encinas de Abajo, las cuales hemos llevado durante muchos años y tras un parón volvimos a gestionar el verano pasado.