Vecinos de Babilafuente se desplazaron ayer, sábado, hasta Valladolid para participar en una gran manifestación coincidiendo con el Día Mundial del Agua y en la que también tomaron parte:
Asociaciones y plataformas asistentes desde Salamanca
Asociación de Vecinos de Babilafuente
Comité Antinuclear Salamanca
Ecologistas en Acción Salamanca
Plataforma Cuidamos Villamayor
Plataforma Gajates Sin Mierda
Plataforma Rebollar Vivo
Plataforma Sierra de Gata Viva
Plataforma Stop Biogás Machacón
Plataforma Stop Biogás Tornadizos
En torno a 2.000 personas formaron la protesta que recorrió la capital de la región. «Vamos a luchar por lo que consideramos es justo, nada más que una planificación, ordenación legislación y control de este tipo de industrias, pues actualmente se esta haciendo todo en función a los proyectos que presentan las empresas sin tener control preciso y leyes que amparen a los ciudadanos y el medio ambiente. En el caso de las plantas de biogás tenemos un borrador que debería haber sido redactado con anterioridad al año 2024 y de momento no es ley es borrador para el 2024 al 2034, ya vamos tarde y, creemos que la ley saldrá adelante cuando las plantas estén ya construidas y la ley se adapte a lo que han marcado los técnicos en los proyectos y la Junta ha consentido, sin considerar para nada una ley específica para este tipo de industrias. Como venimos manifestando, “ plantas de biogás sí, pero no así”, reclamamos planificación legislación y control. Os invitamos a visitar la planta de biogás de Venta de Baños (Palencia) y preguntar a los vecinos próximos en una distancia de tres kilómetros veréis que se encogen de hombros, diciendo que ya están puestas y que se puede hacer….comentan que en verano no pueden abrir las ventanas, a los vecinos de Almazán (Soria) donde el Seprona ha localizado y está investigando una fuga de las balsas de digestato, que han ido a parar al acuífero cercano posiblemente contaminándolo irremediablemente, que agua van a poder beber ahora..?», explicaron ayer los organizadores.
MANIFIESTO DIRIGIDO A LOS VECINOS Y VECINAS DE CASTILLA Y LEÓN
En la concentración se leyó, además, el siguiente manifiesto:
Nuestra tierra, nuestros pueblos, nuestra agua y nuestra salud están en peligro. Las macro- granjas y macro-plantas de biogás que están proliferando en nuestra región no traen ni bienestar, ni empleo, sólo contaminación, sobreexplotación, sufrimiento y destrucción. Son un modelo insostenible y con un gran coste ambiental natural, social y económico.
Las macro-granjas y macro-plantas de biogás están provocando:
● Un uso desmesurado y privativo del agua: una sola macro-granja puede consumir más agua que un pueblo entero. En zonas donde la sequía ya es un problema grave, estas instalaciones agravan la escasez y ponen en peligro el acceso al agua potable, un derecho humano esencial.
● Contaminación del suelo y del agua: los purines y digestatos, residuos generados por la ganadería industrial y las macro-plantas de biogás, contienen gran cantidad de nitratos y otras sustancias nocivas (antibióticos, hormonas, metales pesados, etcétera) que se vierten al suelo y contaminan los acuíferos, provocando que en muchos pueblos no se pueda consumir el agua del grifo.
● Deterioro de la calidad del aire y la salud: las macro-granjas y macro-plantas de biogás generan gases contaminantes como metano, amoníaco, dióxido de carbono y óxidos de nitrógeno. Su impacto en la salud es devastador, causando un aumento alarmante de enfermedades crónicas y reduciendo la esperanza de vida. Además, estos gases aceleran el calentamiento global e intensifican los fenómenos meteorológicos extremos.
● Falsas promesas de empleo y desarrollo: nos mienten cuando dicen que estas industrias crean riqueza. La realidad es que destruyen más empleo del que generan y no fijan población. Es más, destruyen otras actividades, como la ganadería extensiva, el turismo y la vinicultura, que han sustentado a nuestras comunidades durante siglos.
● Despoblación y pérdida de calidad de vida: los malos olores, la contaminación y la falta de oportunidades hacen que vivir en nuestros pueblos sea cada vez más difícil. La implantación de estas industrias sólo acelera el abandono y la despoblación del medio rural.
● Degeneración de los pueblos en vertederos de la comarca y en territorios de sacrificio: los pueblos en los que se instalan las macro-plantas de biogás, debido al desmesurado tamaño de éstas, se convierten en auténticos basureros, con tránsito constante de camiones de alto tonelaje, llenos de residuos que nadie quiere (purines, lodos de depuradora, restos industriales y de mataderos, cadáveres animales y un largo etcétera), traídos desde muchos kilómetros de distancia. Y además, atraen a más macro-granjas.
● Una sinergia macabra, que lejos de resolver el problema, lo intensifica y perpetúa un modelo de
ganadería industrial insostenible: el digestato de las macro-plantas de biogás es un residuo peligroso que contiene la misma cantidad de nitrógeno que los purines, pero además otros elementos altamente contaminantes del agua, el suelo y el aire. No puede ser considerado como abono adecuado para las tierras de labor. Categóricamente no es abono, es veneno.
En Castilla y León, hay en trámite más de 100 proyectos de macro-plantas de biogás (multiplicando por 33 las existentes y con posibilidad, según el sector gasista, de imponer hasta 520), 81 expedientes de nuevas macro-granjas (disparando la población porcina, que ya es actualmente casi el doble que la población humana) y otras tantas plantas de hidrógeno. Todo esto sin planificación, sin estudios ambientales rigurosos y lo más importante, sin tener en cuenta a la ciudadanía.
Cada nueva macro-granja o macro-planta de biogás aprobada, es:
● un golpe a nuestra tierra, un peligro para nuestra agua y una amenaza para nuestra salud.
● un mazazo para la convivencia social en los pueblos. Son sufrimiento y provocan disrupción social.
Están convirtiendo “Castilla y León, Excelente” en “Castilla y León, Pestilente”. Son nocivas se pongan donde se pongan y acaban repercutiendo a todos.