Los vándalos siguen empeñados en ensuciar y empañar el trabajo ajeno, como es el realizado brillantemente por la Acción de Formación y Empleo «Pintacultura Peñaranda» en el paso inferior de la vía del tren, y han vuelto a dejar su huella de suciedad, gamberrismo e incivismo con una pintada en un lugar bien visible del citado paso, concretamente en una pared. El hecho ha generado la lógica indignación vecinal, especialmente entre los que transitan diariamente el subterráneo para ir a sus viviendas en la zona residencia de Los Chopos, para acudir a sus trabajos en el polígono industrial o para pasear hasta el parque del Inestal. La educación y el respeto a lo que es de todos brilla por su ausencia en este tipo de individuos cuya única diversión es darse a notar de estas formas tan burdas amparándose, además, en el anonimato y muy probablemente en la nocturnidad en este caso para evitar ser vistos.
Frente a las decenas de horas de trabajo empleadas por «Pintacultura Peñaranda» para devolver a este espacio la dignidad que debe tener y dar una bonita imagen en Peñaranda queda ahora la «gracieta» que mancha la dedicación y el cariño que han puesto alumnos y personal docente en este proyecto.
Cabe recordar, además, que desde el año 2011 Peñaranda cuenta con una ordenanza municipal de convivencia y protección de bienes e instalaciones públicas y privadas y que en su capítulo III, artículo 8, punto 1 de Actividades Prohibidas recoge textualmente: «No se podrán realizar pintadas «grafitis», firmas, inscripciones ni cualquier otro tipo de grafismos en los elementos y bienes tanto públicos como privados, protegidos por esta ordenanza, con excepción de aquellas intervenciones artísticas realizadas con autorización del propietario y en último término con autorización municipal». Esta misma ordenanza, que este tipo de gente se salta a la torera, tipifica como infracción grave este tipo de pintadas que conllevan sanciones económicas de 101 a 250 euros.