Nada más y nada menos que 52 años tras un mostrador es lo que lleva María Teresa Madrid que hoy, sábado, vive su último día de trabajo antes de disfrutar de una merecidísima jubilación. El mercado de la calle Carlos I, en Peñaranda, despide así a su panadera de toda la vida que durante más de medio siglo ha atendido a varias generaciones de clientes, ha visto crecer a los niños del barrio y ha ofrecido siempre ese trato personalizado y cercano del comercio de barrio.
-Viene de una larga y conocida saga de panaderos y tiene, además, la inmensa suerte de tener relevo generacional que no es nada fácil en estos tiempos.
-Sí, un montón de generaciones de mi familia nos hemos dedicado a la panadería, el más conocido mi padre, Manolo Madrid, y también uno de mis hermanos, Germán. Nosotros cerramos la panadería en cuanto a la elaboración propia del pan pero seguimos con el negocio, recientemente se jubiló mi hermano Germán y ahora yo que, aunque soy mayor que él, me he jubilado más tarde. Ahora quedan mis hijos así que la siguiente generación viene con el relevo asegurado. En esta panadería de Carlos I se quedará una de mis hijas y mi mayor satisfacción es que ella toma el relevo pero, sobre todo, que no se cierra otro negocio de barrio. Este tipo de negocios, por desgracia, se están acabando y vivimos de un «olvido» y de gente mayor que no tiene medios para desplazarse a comprar a un supermercado. La gente joven, con sus prisas del día a día, está hecha a comprar en un súper todo a la vez y el comercio de barrio va poco a poco desapareciendo.
-¿Echará de menos el contacto con la clientela?
-Por supuesto que sí. Detrás de un mostrador, con mi gente, con mi público he sido la mujer más feliz del mundo y me da mucha pena aunque seguiré viniendo por el barrio a dar una vuelta y verles. Durante muchos años he compaginado el trabajo con el cuidado de mi padre y mis hermanos, todos varones, tras el fallecimiento de mi madre y después con ellos y con mi propia familia, mis cuatro hijos pero lo he defendido gracias a Dios. No sé si he logrado sacar todo adelante por la juventud que tenía o por lo que yo siempre digo que alguien me estaba ayudando desde arriba.
-En esta nueva etapa de jubilada, ¿tienes algún reto o sueño por cumplir?
-Pues me apetecería viajar, no sé dónde pero sí tengo ganas de viajar porque no he podido hasta ahora. Es un negocio muy esclavo, sólo tienes tres días al año de vacaciones y ahora mis hijos me van a llevar fuera a disfrutar que son los que me van a dar un poco de vida en esta nueva etapa. Quiero recalcar que he sido muy feliz en mi negocio, que voy a echar mucho de menos a mi gente y que estoy muy emocionada por todos los gestos de cariño que estoy recibiendo.