Las fiestas de Moríñigo congregaron ayer sábado en la verbena a un buen número de visitantes llegados de numerosos pueblos de las comarcas de Peñaranda y Las Villas dispuestos a disfrutar de la noche y la madrugada. Algunos de ellos parece que eligieron otro modo de vivir la fiesta arremetiendo en el parque contra los adornos que han creado los propios vecinos del pueblo para decorar sus zonas de ocio y que hoy han amanecido en el suelo tumbados a patadas. La alcaldesa, Teresa Hernández Crespo, ha mostrado su indignación por los hechos recordando que Moríñigo es un pueblo pequeño y hospitalario que abre las puertas a todo el mundo y que no merece que el resultado de una noche de fiesta sea dejarlo con estos destrozos.