Sorpresa y nada agradable, por cierto, la que se ha llevado esta mediodía una vecina de Peñaranda mientras repartía en los platos la comida para su familia y ha abierto un brick de tomate frito para acompañar los platos de pasta. «He ido echando el tomate y de pronto, ha aparecido un cuerpo extraño que ha acabado sobre la comida y ha resultado ser una polilla de un tamaño bastante aparente y que ha salido del interior del brick. Por supuesto que de la impresión y el asco, la comida ha ido directamente a la basura. He llamado al servicio de Atención al cliente de la multinacional que comercializa esta marca de tomate frito, además muy conocida, y me han pedido fotografías del hecho, se han disculpado y han mostrado su extrañeza por lo ocurrido explicándome que harán recogida del brick y supongo que intentarán averiguar como ha podido acabar la polilla en el envasado», ha contado la afectada a NOTICIAS A TIEMPO. El repelente hallazgo también se ha puesto en conocimiento de la Oficina del Consumidor.