II EDICIÓN PREMIOS «MUJERES QUE DEJAN HUELLA»
La cooperativa Albaicín, con más de tres décadas de historia, tiene detrás el esfuerzo, ilusión, tesón y trabajo de las mujeres que en su día decidieron poner en marcha la iniciativa y crear sus propios empleos y también de todas las que han ido pasando en este tiempo hasta llegar a la actualidad y han dejado su huella.
-¿Cómo surge la cooperativa?
-Empezamos en 1995 a través de un programa «Now» que tenía el Ayuntamiento y en el que recibimos formación en diversas materias y al final quedamos cinco, lo justo para hacer la cooperativa y la hicimos. Empezamos aquellas cinco, una se tuvo que dar de baja por incapacidad al poco tiempo, seguimos las otras cuatro, algunas ya jubiladas y después de 30 años somos mi socia desde el principio y yo y hace 10 años se incorporó su hijo como socio y actualmente Albaicín somos estos tres socios. Arrancamos con cinco puestos de trabajo y a día de hoy tenemos 90.
-¿Cómo fueron aquellos comienzos?
-A través del Ayuntamiento, en el edificio Merca Rural, nos dejaron un despacho pequeño porque no teníamos ni sede y estuvimos un año hasta que compramos el local que tenemos ahora. Empezamos haciendo limpiezas y después ya en el local que te he comentado, que es la sede de la empresa, fueron surgiendo cosas nuevas por ejemplo residencias de mayores pequeñitas en esta zona y fuimos ampliando. Actualmente gestionamos cinco residencias, cuatro de ellas en la provincia de Salamanca (Martín de Yeltes, Lumbrales, Vitigudino y Masueco) y otra en la provincia de Valladolid (Alaejos) y seguimos con las limpiezas y con la lavandería, tres vertientes de negocio distintas que hemos ido sumando y la verdad es que no hemos parado.
-¿Qué fue lo más complicado?
-En aquella época recuerdo que nos presentábamos en un banco y queríamos abrir una cuenta, por ejemplo, porque llegaba el pago de los Seguros Sociales y a lo mejor estábamos pendientes de recibir ingresos de facturas y necesitábamos esa liquidez y nos ponían pegas por ser una cooperativa y formada por mujeres, era un drama, yo salía desmoralizada. Yo decía tiene que haber alguien que nos escuche y Paco, el entonces director de Caja Duero, confió en nosotras, le pareció una idea fabulosa y tan contentas. Veíamos que algunas personas dudaban de que una empresa de mujeres saliera adelante, era eso lo que más nos dolía.
-Ahora que volvéis la vista atrás, ¿de qué os sentís más satisfechas?
-A mí personalmente (Teresa) me da mucha satisfacción haber creado una empresa con esta cantidad de puestos de trabajo y que lo hayamos conseguido cuando nadie daba un duro por nosotras. Unos años después ibas a un banco a cobrar una factura y salía el director y ya nos preguntaba si queríamos abrir cuenta allí, luego ya fuimos viendo que iban creyendo un poco en nosotros.
-¿Cuál es el futuro más a corto plazo de Albaicín?
-Vamos a seguir con lo que tenemos, por supuesto, y si hay alguna residencia nueva que la veamos viable, presentarnos a concurso para gestionarla. Para conseguir las cinco que tenemos ahora nos hemos tenido que presentar a más, no todas nos las adjudican porque son concursos públicos y hay mucho papeleo, requisitos de todo tipo.
-Desde vuestra experiencia, ¿qué consejo dariáis a una mujer que quiera emprender?
-Que no se dejen intimidar porque le digan que no, que no es viable, que si es mujer…lo que nos pasó a nosotros y la experiencia que más nos dolió. Por supuesto que puede salir adelante, aunque tenga hijos, aunque tenga lo que sea, va a poder.
Por último, me gustaría mencionar que la cooperativa Albaicín a día de hoy está formada por mi socia, su hijo Matías que tiene el mismo empuje e ilusión, y por mí. La cooperativa va a estar ahí porque me dolía que después de tanto luchar para tener una empresa consolidada, con tantos puestos de trabajo, no hubiera nadie que siguiera con ella y ahora estoy súper tranquila porque hay un relevo y además, con ganas y con capacidad para hacerlo.