Tras una Semana Santa protagonizada por el viento, las precipitaciones e incluso la nieve, la hostelería peñarandina ha resistido. La borrasca Nelson ha impedido que se celebren la mayor parte de las procesiones en Peñaranda. Además, las bajas temperaturas han influido en la baja afluencia de los actos que se han podido desarrollar. A pesar del temporal, los hosteleros se sienten satisfechos con la Semana Santa y la afluencia de clientes. “El mal tiempo no ha afectado en absoluto a la cantidad de público en Peñaranda” afirma Gerardo Díaz, del restaurante Las Cabañas.
En una Semana Santa en la que solo cinco de las once procesiones se han podido celebrar, los bares y restaurantes de la localidad no se han visto afectados. “Hemos tenido una afluencia del 150%, que no haya procesiones no nos ha influido nada” comenta Gerardo. Aunque el público en los desfiles procesionales ha disminuido debido al temporal, los hosteleros no han notado escasez de clientes. “Cuando llovía ha venido menos gente, pero no se ha notado una baja afluencia de clientes” asegura Iván Zurdo, del bar Pepe.
A pesar del mal tiempo, la hostelería peñarandina se ha visto reforzada como cada año. “La Semana Santa nos fortalece a todos, nos da un plus” reconoce Zurdo. Esta festividad es un incentivo, tanto para Peñaranda, como para su hostelería.
TEXTO: JOSÉ GÓMEZ LÓPEZ