El esfuerzo de un buen número de vecinos y vecinas de Moríñigo para decorar el pueblo choca de frente con la actitud de otros que optan por llevarse los adornos más curiosos. Es el caso de una curiosa bruja realizada con macetas de varios colores y a la que no le faltaba su escoba voladora y que, por segunda vez, ha desaparecido lo que ha generado la lógica indignación entre los habitantes de esta pequeña localidad situada apenas a dos kilómetros de Babilafuente.
La alcaldesa, Teresa Hernández Crespo, no ha dudado en compartir en redes sociales su malestar por un hecho que puede ser desde una gamberrada o chiquillada hasta una sustracción en toda regla para que la bruja, que hasta ahora «vigilaba» la zona de las escuelas, decore otro jardín o espacio privado.