Gael, que este viernes cumplirá su primer mes de vida, se ha convertido en el primer protagonista de la bonita iniciativa que acaba de poner en marcha en Alaraz la panadería y bollería Casa Inés y ha nacido ya con un pan debajo del brazo. «Los niños dan vida a los pueblos y es lo que necesitamos en el medio rural por lo que se nos ocurrió la idea de regalar a cada bebé que nazca en Alaraz un pan personalizado y una cesta con varios de los productos que elaboramos como bizcochetas, magdalenas, un surtido de pastas y mantecados, una molleta cortada para tostar y croissants», explica Clemente Bautista, propietario del negocio.
Plácidamente dormido en su carrito y acompañado por sus padres, Gael suma de este modo un recuerdo especial en su infancia que sus progenitores recibieron con ilusión en el horno obrador de Casa Inés, uno de los pocos de la comarca peñarandina que conserva ese regusto especial de las tahonas de antaño.
«Por ahora son cuatro los niños y niñas que vienen al mundo en Alaraz este año, algunos ya lo han hecho como Gael, y la intención es hacerles entrega de este mismo detalle como nuestra particular bienvenida a los nuevos alaraceños que veremos en breve corretear por nuestro pueblo», añade Clemente Bautista.
El próximo 2 de julio Casa Inés cumplirá ya tres años desde que Clemente Bautista y su hijo se pusieron al frente de un negocio que, tras la jubilación de sus anteriores propietarios, estaba condenado a desaparecer y que gracias a la profesionalidad y calidad de sus productos se ha consolidado ya como un referente en Alaraz y también llega a otras localidades como Santiago de la Puebla, Macotera y Peñaranda, entre otras.