«Peñaranda hacia el progreso. Apuntes para la historia de Peñaranda (1850-1950) es el título del nuevo libro de Fernando Ullán que ve la luz gracias a la Diputación de Salamanca y que se presentará el próximo miércoles, 5 de abril, a las 19:30 horas, en la sala de adultos de la biblioteca municipal. El autor habla para NOTICIAS A TIEMPO de este último trabajo, fruto de innumerables horas de investigación.
-¿Qué puede encontrar el lector en esta nueva obra sobre Peñaranda?
– En esta obra he tratado de recoger la evolución de las principales infraestructuras, de carácter público, de Peñaranda a lo largo del periodo que se acota en la portada, salvo en alguna en la que he llegado hasta los momentos actuales. He querido reflejar desde su primera ubicación hasta la actual para que los peñarandinos recuerden y/o conozcan qué cambios ha sufrido a lo largo de los años. Me he detenido en una docena como las más representativas de este tramo del devenir histórico de Peñaranda.
Quiero puntualizar que cada capítulo es independiente y que cada lector puede comenzar por aquella infraestructura que más interés le suscite. No tiene por qué seguir el orden en que yo las he fijado. En general, sí se sigue un orden cronológico o temático, si bien hay que tener en cuenta que algunas de ellas, al llevarse a cabo durante largos periodos de tiempo, pueden solaparse.
También he de resaltar que en este estudio amplio he contado con la colaboración de varios peñarandinos y algún salmantino, cuya identidad queda recogida en el texto, los cuales han leído alguna parte o me han facilitado documentos, especialmente gráficos, bien “encargados” (estábamos sujetos al estado de alarma en el momento de ensamblaje) o que eran de su propiedad. Gracias, una vez más, a todos ellos.
-Si tuviera que elegir uno de sus descubrimientos más curiosos reflejados en esta publicación, ¿cuál sería?
– Le he dedicado un lugar preeminente a la construcción del ferrocarril Salamanca-Ávila, lo que queda reflejado en la propia extensión del capítulo correspondiente. Todos los peñarandinos conocen o han oído que su realización se prolongó demasiado en el tiempo. Por ello, me ha parecido oportuno plasmar detenidamente las razones de este hecho. Además, en su consecución fue algo en lo que más directamente se involucraron los peñarandinos de la época, encabezados por Félix Mesonero, porque lo vieron como motor del progreso para Peñaranda.
-¿Qué le transmiten los peñarandinos tras leer sus libros, además de las habituales felicitaciones?
– Siempre hay peñarandinos que me dan su parecer o sugerencias y me confiesan que su lectura les ha permitido conocer algo que no sabían de la parte estudiada. Pero sí he de decir que no se prodigan mucho y me gustaría que fueran muchos más los que lo hicieran para subsanar errores o para modificar aspectos. Quiero pensar que obedece más a falta de atrevimiento (si bien, me considero una persona cercana y asequible) que por no saber qué se refleja en el libro.
-¿Cuál será el siguiente proyecto?
-Siempre hay aspectos de la historia de Peñaranda que aún no se han desarrollado y, en consecuencia, son susceptibles de estudio. No se debe olvidar que la historia es algo vivo que se va cumpliendo en el tiempo. Y, aunque un estudioso los considere interesantes y merecedores de análisis, no siempre se pueden abordar bien porque no se localizan fuentes de información suficientes para, al menos, dar una visión amplia y real, aunque no sea completa, o porque estén lejos de las posibilidades de tiempo y residencia que tienen los que quieren investigar. Lo cual no quiere decir que no se vaya trabajando por si algún día se puede culminar.