La llegada del mes de noviembre, dedicado tradicionalmente a los difuntos, ha devuelto a Peñaranda una de las tradiciones que está cobrando fuerza entre las cofradías de la localidad durante la última década como es la de que sus imágenes luzcan el luto en recuerdo a los que ya no están entre nosotros. De este modo en la iglesia parroquial de San Miguel Arcángel pueden verse ataviadas ya con el referido luto a Nuestra Señora de la Soledad, Nuestra Señora de la Esperanza, Nuestra Señora de la Misericordia y por primera vez, también, a Nuestro Padre Jesús de Medinaceli con hábito de cofrade y cíngulo dorado. Por último, en la ermita del Santo Cristo del Humilladero, Nuestra Señora de las Lágrimas viste saya y manto negro.