San Roque en la parroquia, la Virgen de la Encina en su ermita y el Sagrado Corazón de Jesús en El Cerro tienen bajo su protección a Macotera y sus vecinos que ahora tienen en mente la restauración del último de ellos tras la aparición de una grieta en la parte posterior de la imagen. El paso del tiempo y que el citado monumento al Sagrado Corazón esté al aire libre son factores que hacen temer que esos primeros signos de deterioro puedan agravarse y se ha dado el primer paso para su arreglo destinando a la futura intervención la recaudación de la paella popular de las pasadas fiestas de la Encina en la que se lograron 1.485 euros.
Francisco Jiménez, concejal de Cultura en el Ayuntamiento macoterano, ha explicado esta mañana a NOTICIAS A TIEMPO que «está todo por organizar aún, no hay nada concreto por ahora. Sí hemos sacado un dinero de la paella y estamos buscando la manera de que el pueblo contribuya para que se pueda llevar a cabo ese tipo de obra». «Queremos que sea una contribución popular aparte de lo que pueda poner el Ayuntamiento con algunos recursos que podamos destinar a ello y espero que la mayor aportación sea por parte del pueblo porque es una cuestión religiosa pero está cimentada por la gente de Macotera y su devoción al Sagrado Corazón», ha añadido el edil.
Historia
Tal y como recoge la web municipal del Consistorio macoterano «cuando don Clemente Sánchez, sacerdote operario, concibe la idea de levantar en Macotera el monumento al Sagrado Corazón de Jesús, intenta propagar, entre sus paisanos, la devoción al Corazón de Jesús, que adquiere una fuerza singular en la década de los cuarenta del siglo pasado. Para hacer realidad el proyecto, reúne en Salamanca, el 11 de mayo de 1946, a una veintena de sacerdotes macoteranos. Se organizaron así comisiones de trabajo para comenzar e impulsar dicha actividad, examinando los distintos bocetos del monumento del Corazón de Jesús».
El diseño elegido fue el presentado por el joven macoterano, Rafael Salinero. Según el diseño de Rafael, el pedestal ha de disponer de una altura de 16 metros, y la imagen de 4. El material del pedestal y escalinata será de piedra de granito, que se extrajo de la dehesa de Zarza, propiedad de Marqués de Albayda. De transportar los bloques de piedra, se encargaron los labradores del pueblo, que realizaron 150 viajes con sus yuntas. Los niños de la escuela comprometieron a recoger cantos y piedras rodadas por las fincas aledañas, que, después se utilizaron para rellenar el espacio ahuecado del pedestal. La obra se sufragó el dinero de las distintas colectas, que organizaron en el pueblo y las aportaciones que llegaron de todo el país y de los macoteranos ausentes. La imagen, de mármol, fue labrada por el escultor salmantino, don Daniel Villar González, quien percibió por su trabajo 45.000 pesetas. Con todo el boato y solemnidad, el 10 de junio de 1949, fue bendecido e inaugurado el Monumento al Sagrado Corazón por el Arzobispo de Valladolid, don Antonio García García, y en presencia de las autoridades religiosas y civiles de la provincia, de todo el pueblo y de personas llegadas de los pueblos vecinos.