La Semana Santa peñarandina se está desarrollando con un gran éxito de público, con estrenos en sus procesiones, con la ilusión de las cofradías por volver a la calle tras la pandemia pero también está resultando un tanto «huérfana» musicalmente hablando. El parón del covid se ha llevado por delante, al menos temporalmente, a la única de las dos bandas de cornetas y tambores que quedaban en la localidad, tras la desaparición hace unos años de la agrupación musical de la Preciosa Sangre y la localidad ha perdido un importante patrimonio humano y artístico de la música cofrade.
El escaso número de integrantes que volvieron a los ensayos una vez que se pudieron retomar y los llamamientos infructuosos para «rescatar» a otros antiguos miembros que pasaron por la banda en las últimas décadas dieron como consecuencia la suspensión definitiva de los mismos y el triste anuncio de que la banda de la Hermandad de Cofradías no acompañaría este año los desfiles procesionales peñarandinos.
La presencia de otras bandas de la comarca y de la provincia, e incluso de la localidad toledana de Almorox, sin desmerecer su buen hacer y su esfuerzo, no han servido para que numerosos vecinos sientan nostalgia de su banda de cornetas y tambores y hayan expresado en redes sociales sus mensajes de ánimo a los «últimos valientes» que han luchado por ella hasta el final.
Precisamente ese grupo de entusiastas y componentes de la banda quieren volver en 2023 y por ello han lanzado una nueva convocatoria invitando a sumarse a ella con alguno de los instrumentos disponibles que son corneta, trompeta, bombardino, tambor y timbal. Los interesados pueden contactar ya con la dirección de la propia banda dirigiéndose a su director, Javier Mesonero, o a través de los perfiles en redes sociales.