El industrial peñarandino y propietario de la empresa DULCA, César Serna, recibirá el próximo mes de mayo el premio «CECALE de Oro» en reconocimiento a su trayectoria empresarial. Los premios «CECALE de Oro», concedidos a propuesta de las organizaciones territoriales de la Confederación, reconocen anualmente a todos aquellos empresarios y empresas de la región que son un ejemplo activo de compromiso y dedicación empresarial en el sector o actividad que desarrollan.
«Empecé a los 13 años haciendo pasteles con mi padre y estuve hasta los 30 cuando, junto a otros empresarios peñarandinos, a raíz de ir a una feria alimentaria de Barcelona, gestamos la idea de DULCA y aquí llevo ya 44 años», recuerda César Serna que actualmente es el único propietario de la fábrica.
Tres turnos para cubrir las 24 horas del día y cerca de 200 trabajadores, de los que un 78 por ciento son mujeres, dan prueba de la actividad que genera la factoría dedicada a la repostería industrial. «La mayor parte de nuestros empleados de producción son de Peñaranda o de los pueblos de alrededor y los técnicos de calidad o exportación son de Salamanca así que apostamos claramente por nuestra tierra. La compra de materia prima la hacemos también a nivel local, provincial y regional en todo lo que podemos aunque una parte la tenemos que traer de otras zonas de España», comenta Serna.
El año pasado, con las graves consecuencias económicas de la pandemia covid, DULCA lanzó un nuevo producto como son las galletas rellenas de chocolate. «Invertimos mucho en nuestro departamento de I+D (Investigación y Desarrollo) y tenemos ya varias ideas en marcha para seguir ampliando nuestro catálogo de productos que cuenta actualmente con cerca de medio centenar de referencias», explica César Serna.
«Estamos muy enfocados a la marca blanca que comercializamos en España y Europa. Un 75 por ciento de la producción de DULCA es para exportación a una quincena de países, los principales Alemania y Portugal, aunque también enviamos nuestros productos a Mauritania, Guinea Ecuatorial, Israel e incluso a Estados Unidos donde tenemos ahora proyectos importantes», señala el empresario. Cabe destacar, además, que DULCA tiene una introducción fortísima en Portugal donde más vende con su propia marca y a donde se envían semanalmente entre 16 y 18 camiones de productos.
A sus 73 años, César Serna mantiene una asombrosa vitalidad, imaginación e ímpetu empresarial que le ha llevado a liderar un nuevo proyecto de expansión del negocio. «El alboroto de precios que se está viviendo con los materiales de construcción nos ha llevado a paralizar temporalmente un nuevo bloque de oficinas, con más de mil metros cuadrados repartidos en tres plantas y concebido para no quedarnos pequeños en el futuro. Tenemos pendiente, además, una ampliación de la fábrica de unos 6.000 metros cuadrados, con un gran almacén robotizado, dos líneas más de producción y una generación de nuevos empleos en torno a un centenar y que esperamos hacer realidad en un plazo de tiempo razonable aunque por ahora es mejor no adelantar fechas», confiesa.
«La intención es ir automatizando procesos, tener empleados pero que tengan futuro porque la competencia a nivel europeo es feroz», reconoce Serna. El relevo general está garantizado con sus dos hijos, Noelia y César, que trabajan con él mano a mano teniendo en su padre el mejor ejemplo y siendo para ellos todo un referente en el mundo empresarial.
A pesar de los tiempos convulsos que se viven en estos últimos años y que siguen teniendo a la gente en un clima de bastante incertidumbre y con grandes proyectos parados a la espera de tiempos mejores, la familia Serna tiene ya una clara visión de futuro para el rumbo de DULCA. «El futuro pasa por productos más saludables, utilizando cada vez menos grasas parcialmente hidrogenadas, menos azúcar, menos sal y es lo que demanda el mercado», concluyen.